domingo, 2 de agosto de 2015

LA COYUNTURA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LA CRISIS DE 2001 (SERIE) (1)

El fenómeno de las crisis financieras se incorpora oficialmente en la agenda mundial, y por lo tanto en el ámbito internacional, como una preocupación para los Estados de mayor grado de desarrollo económico y los organismos multilaterales de crédito, después de la denominada “Crisis de Lehman Brothers[1], fue luego del “semestre trágico[2]” que vuelve a posicionarse con fuerza como tema de debate, remarcándose su asociación a las esferas de desregulaciones,  y falta de controles e intervenciones de los gobiernos. Desde 1994 las crisis financieras se han incrementado en distintos países-México, Tailandia, Malasia, Indonesia, Corea del sur, Rusia, Ecuador, Brasil, Argentina, su relevancia actual, adquiere interés inquietante cuando Grecia, España, Portugal, Irlanda e Italia (2010) comienzan a ser parte integrante de los desequilibrios internacionales. Todo esto se debe a que la ideología dominante por cuarenta años se ha orientado desde los países desarrollados hacia los países emergentes, como reflejo de la expansión de la globalización de los mercados, la expansión del capitalismo financiero (En el “todo vale de los noventa” (frase de Stiglitz[3]). En este entendimiento, la situación financiera internacional se ha configurado como un emergente del avance de “lo financiero” sobre lo político, y  los actores a cargo en los países desarrollados dan cuenta de ello.
En este marco, la diferencia para resolver los desequilibrios en los países desarrollados y emergentes han perjudicado en mayor medida a estos últimos, y esto responde en parte a la decisión de subordinar las políticas publicas a las diez reglas del Consenso de Washington[4], por ejemplo, para la región Latinoamericana en la década de los noventa[5], dejando paso a que los organismos multilaterales de crédito, la tecnocracia y las “mejores practicas del mercado”, se trasformen en el rumbo aceptado por numerosos políticos, principalmente los adherentes al neoliberalismo (en Argentina Menem, Collor de Mello en Brasil, Fujimori, Sánchez de Losada y Gutiérrez; en Perú, Bolivia y Ecuador respectivamente). El FMI, el Banco Mundial y aun el Banco Interamericano de Desarrollo, habían incluido y/o adherido a la clásica receta ortodoxa, y a todo el resto del consejo del Consenso de Washington, como factores previos a cualquiera de sus políticas de asistencia financiera. Los avances registrados en las tasas de crecimiento del PBI, se ven contrastados con el aumento de la desigualdad y la pobreza, debido al endurecimiento de las exigencias de estos organismos y lo que denominare en adelante “el entorno neoliberal”[6]. El tema ha tomado especial protagonismo desde el inicio del nuevo milenio, aunque fue perfeccionado cuando supero las fronteras de los países emergentes, para concernir a los países desarrollados,  lo que elevó la incertidumbre de los países mas ricos. Fue en ese contexto que la Argentina, asumió el papel de “mejor alumno del FMI”[7], no resguardando sus intereses, y adaptando sus políticas a los nuevos requerimientos del Consenso de Washington, una década antes de ingresar en el mayor default de la historia mundial, en diciembre de 2001.




[1] PricewaterhouseCoopers International Limited, Lehman Brothers Bankruptcy, “Lessons learned for the survivors Informational presentation for our clients”, August 2009
 
[2] Así se denomino el periodo comprendido entre el ultimo trimestre de 2008-con la quiebra de Lehman Brothers y el final del primer trimestre de 2009, cuando la economía mundial, comienza a recuperarse del shock.
[3] Stiglitz Joseph E., “Los felices noventa, la semilla de la destrucción”, Capitulo 6, Pág. 183, Ed. Taurus, Buenos Aires, 2003
[4] El Consenso de Washington incluye estos 10 puntos: 1. Disciplina presupuestaria de los gobiernos. 2. Reorientar el gasto gubernamental a áreas de educación y salud 3. Reforma fiscal o tributaria, con bases amplias de contribuyentes e impuestos moderados. 4. Desregulación financiera y tasas de interés libres de acuerdo al mercado. 5. Tipo de cambio competitivo, regido por el mercado. 6. Comercio libre entre naciones. 7. Apertura a inversiones extranjeras directas. 8. Privatización de empresas públicas. 9. Desregulación de los mercados. 10. Seguridad de los derechos de propiedad.
[5] Casilda Béjar, Ramón, “América Latina y el Consenso de Washington”, boletín económico de ICE n° 2803, del 26 de abril al 2 de mayo de 2004
[6] Tigani, Eugenio Pablo, FMI, BCE, Fed, Treasury US, políticos funcionales al marco teórico neoliberal, corporaciones internacionales , banca privada de inversión y comercial, calificadoras de riesgo, nuevos profesionales físicos, matemáticos, y sus nuevos productos derivativos financieros ofrecidos por Wall Street, lobbistas de la desregulación de los mercados contratados por las corporaciones para representar grupos de presión privatizadora en los Congresos, mercados financieros internacionales-bolsas de valores-fondos de inversión, capital de riesgo, private equity funds, hedge funds, fondos mutuales de pensión, fondos buitres, corredores de cambio, fijadores de tasas de interés y cambio-arbitrajistas-, sistema financiero en las sombras, comisión de valores, especuladores, universidades formadoras y promotoras ideológicas, buffetes de abogados top, economistas funcionales, consultores de alta dirección extranjeras y locales, etcétera.
[7] IMF (International Monetary Fund), WBG (World Bank Group) Boards of governors annual meetings, Washington, D.C., Press Release No. 5, October 6 - 8, 1998, Statement by the Hon. CARLOS SAUL MENEM, President of the REPUBLIC OF ARGENTINA, at the Annual Meetings of the Boards of Governors of the International Monetary Fund and the World Bank Group

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