martes, 18 de agosto de 2015

LA COYUNTURA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LA CRISIS DE 2001 SERIE (5ta nota)

Además de los actores internacionales mencionados en artículos anteriores, hacia el interior del Estado, los problemas económicos y políticos,  se manifestaron a través de una burocracia tecnócrata disciplinada-exacerbada con muestras incipientes de corrupción, así como desarrollaba un endeudamiento en aumento que empezaba a  tornarse incontrolable. La crisis de la deuda debilitó el orden económico. El desempleo pasó de 12% a 18%, antes del estallido social, luego 25% cuando la desigualdad ya era de magnitud. La pobreza es una consecuencia de la desigualdad[1]. Es importante esta sencilla ilustración de Charles Tilly, cuando se vuelven a cruzar los temas de pobreza y desigualdad hoy en los países desarrollados[2]. (Alain Touraine: habla de la insuficiencia de las democracias representativas, debilitadas en las sociedades…cree que se han alejado de la esfera gubernamental con gran impacto social. […Quisimos que la democracia fuera representativa y estuvo bien que así fuera; sin embargo, actualmente es necesario identificar los intereses que son representables y asegurar que los dirigentes sean efectivamente representativos, más que de los intereses particulares o de su propio interés, del interés general que incluye el respeto y la protección de las minorías. Hay que decir que en ese terreno las democracias han retrocedido, porque las sociedades democráticas actuales ya no están divididas, a diferencia de la sociedad industrial, entre una minoría de dirigentes y una mayoría de trabajadores, sean independientes o dependientes, porque en la sociedad postindustrial dominada por los intereses financieros y regida por las políticas neoliberales, son cada vez mayores los sectores de la población desprotegidos y marginados…] “El capitalismo contemporáneo genera todo tipo de desequilibrios y áreas criticas: crisis ecológicas, marginalización, desempleo, y desigualdad en el desarrollo de diferentes sectores de la economía…[3] Si la austeridad a ultranza de 2001 con la Regla del Déficit Cero y hasta las rebajas de las jubilaciones en la Argentina no fueron respuesta a los supuestos vicios públicos, la recuperación de la economía argentina desde el default tampoco se ha producido como consecuencia de esas políticas publicas sino, justamente, porque se aliviaron o interrumpieron.




[1] Tilly, Charles, “La desigualdad persistente”, (2000), Manantial, Argentina [La visión de Tilly es que los problemas de las desigualdades son productos de tensiones del sistema generador. En apretada síntesis se podría inferir que la desigualdad estimula la producción de una solución, y que a su vez en esta solución está el germen de una nueva tensión, la cual generará un nuevo problema al que le corresponderá otra nueva solución y así sucesivamente. Tilly no expresa soluciones definitivas a las desigualdades, sino mecanismos explicativos, concentra su estudio principalmente en las organizaciones, sostiene que las condiciones para que una categoría de inequidad cambie se dan cuando los beneficios de la explotación y acaparamiento de oportunidades declinan y los costos de sostener ese proceso se incrementan.]
[2] Stiglitz Joseph, “El precio de la desigualdad”, Editorial Taurus, Buenos Aires, 2012
[3] Laclau, Ernesto, “Debates y Combates. Por un nuevo horizonte de la política”, pagina 48, Fondo de cultura económica, 2008, México

No hay comentarios: