domingo, 23 de agosto de 2015

LA COYUNTURA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LA CRISIS DE 2001 SERIE (6ta nota)

Ya en la sexta parte de esta serie, cabe pensar que si cada uno de los elementos de esta historia de "supuestos neoliberales" era erróneo, ni antes de la crisis se cayó en el derroche fiscal ni el tamaño de la deuda externa y el déficit eran un problema inmanejable. Fue la crisis, un fenómeno generado por políticas publicas como la privatización de las jubilaciones que provoco un enorme descenso de ingresos públicos a favor de la creación de las AFJP [ Stiglitz: La retórica del fundamentalismo de mercado afirma que la privatización reducirá lo que los economistas denominan la “búsqueda de rentas” por parte de los funcionarios, que bien o se quedan con parte de los beneficios de las empresas publicas o conceden contratos y empleos a sus amigos…Si una administración es corrupta, hay escasas evidencias que  las privatizaciones resolverán el problema.[1]] -de origen privados-, y el hundimiento de la actividad económica que provoca siempre la austeridad y no las políticas discrecionales de gasto, los que apremiaron los desequilibrios de las cuentas públicas. Acerca de la privatización del sistema jubilatorio se debe agregar que genero poca cobertura, mala seguridad social en la jubilación y valores mínimos de pensiones en promedio. Toda la sociedad en poco tiempo, producto del desfinanciamiento[2], pago ese enorme costo, el que gano, o ciertamente se vio beneficiado fue el sector financiero, que elevo sus ingresos en Argentina, mientras provoco una enorme pérdida para la sociedad. A modo de mención, luego para evitar pobreza en la vejez y asegurar un nivel mínimo de seguridad, fue necesario crear un sostén público, que actualmente tiene un componente de redistribución importante que instalo un elemento de moderación intergeneracional que evito relativamente la pobreza de jubilados y pensionados. Por ultimo es necesario destacar que  el sistema de AFJP tenía altísimos costos de transacción, y en 2001 había invertido en papeles del estado, que a la postre embauco a los beneficiarios con una exótica cantidad de instrumentos que incumplió en el pago, viéndose  mermados los ahorros de los futuros jubilados por la restructuración de la deuda local (primer tramo: realizado por Cavallo en forma compulsiva en 2001), y luego la devaluación del peso.


[1] Stiglitz Joseph, ‘El malestar de la globalización”, Pág.95, Editorial Taurus, Julio de 2002, Ciudad de Buenos Aires

[2] Ver estadística descriptiva de caída de ingresos del sector público, como consecuencia de la desfinanciación previa, y el grado de vulnerabilidad en que los recursos genuinos fueron afectados, cuando el financiamiento externo se retiraba.

martes, 18 de agosto de 2015

LA COYUNTURA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LA CRISIS DE 2001 SERIE (5ta nota)

Además de los actores internacionales mencionados en artículos anteriores, hacia el interior del Estado, los problemas económicos y políticos,  se manifestaron a través de una burocracia tecnócrata disciplinada-exacerbada con muestras incipientes de corrupción, así como desarrollaba un endeudamiento en aumento que empezaba a  tornarse incontrolable. La crisis de la deuda debilitó el orden económico. El desempleo pasó de 12% a 18%, antes del estallido social, luego 25% cuando la desigualdad ya era de magnitud. La pobreza es una consecuencia de la desigualdad[1]. Es importante esta sencilla ilustración de Charles Tilly, cuando se vuelven a cruzar los temas de pobreza y desigualdad hoy en los países desarrollados[2]. (Alain Touraine: habla de la insuficiencia de las democracias representativas, debilitadas en las sociedades…cree que se han alejado de la esfera gubernamental con gran impacto social. […Quisimos que la democracia fuera representativa y estuvo bien que así fuera; sin embargo, actualmente es necesario identificar los intereses que son representables y asegurar que los dirigentes sean efectivamente representativos, más que de los intereses particulares o de su propio interés, del interés general que incluye el respeto y la protección de las minorías. Hay que decir que en ese terreno las democracias han retrocedido, porque las sociedades democráticas actuales ya no están divididas, a diferencia de la sociedad industrial, entre una minoría de dirigentes y una mayoría de trabajadores, sean independientes o dependientes, porque en la sociedad postindustrial dominada por los intereses financieros y regida por las políticas neoliberales, son cada vez mayores los sectores de la población desprotegidos y marginados…] “El capitalismo contemporáneo genera todo tipo de desequilibrios y áreas criticas: crisis ecológicas, marginalización, desempleo, y desigualdad en el desarrollo de diferentes sectores de la economía…[3] Si la austeridad a ultranza de 2001 con la Regla del Déficit Cero y hasta las rebajas de las jubilaciones en la Argentina no fueron respuesta a los supuestos vicios públicos, la recuperación de la economía argentina desde el default tampoco se ha producido como consecuencia de esas políticas publicas sino, justamente, porque se aliviaron o interrumpieron.




[1] Tilly, Charles, “La desigualdad persistente”, (2000), Manantial, Argentina [La visión de Tilly es que los problemas de las desigualdades son productos de tensiones del sistema generador. En apretada síntesis se podría inferir que la desigualdad estimula la producción de una solución, y que a su vez en esta solución está el germen de una nueva tensión, la cual generará un nuevo problema al que le corresponderá otra nueva solución y así sucesivamente. Tilly no expresa soluciones definitivas a las desigualdades, sino mecanismos explicativos, concentra su estudio principalmente en las organizaciones, sostiene que las condiciones para que una categoría de inequidad cambie se dan cuando los beneficios de la explotación y acaparamiento de oportunidades declinan y los costos de sostener ese proceso se incrementan.]
[2] Stiglitz Joseph, “El precio de la desigualdad”, Editorial Taurus, Buenos Aires, 2012
[3] Laclau, Ernesto, “Debates y Combates. Por un nuevo horizonte de la política”, pagina 48, Fondo de cultura económica, 2008, México

miércoles, 12 de agosto de 2015

LA COYUNTURA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LA CRISIS DE 2001 SERIE (4rta nota)



En el caso argentino, no solo el funcionamiento de las instituciones 

políticas y la economía fue afectada, sino que ha implicado unos 

costos inusitados, en términos de estallidos sociales simultáneos en 

diferentes localidades del país[1], generando una inestabilidad de 

magnitud, y aun en todos los aspectos[2].

[Gervasoni: Lo que puede denominarse “crisis argentina de 2001” fue en realidad un conjunto de crisis de diferente índole que ocurrieron al mismo tiempo, y que en muchos casos se reforzaron unas a otras. Hubo crisis económica (agravamiento de la recesión), crisis financiera (huida de capitales, explosión del riego-país, corrida bancaria, default y maxidevaluación), crisis social (aumento del desempleo y la pobreza; correlativo aumento en el nivel de protesta social) y una o varias crisis políticas (la renuncia del vicepresidente y líder de uno de los dos partidos de la coalición gobernante en octubre de 2000, la renuncia de varios ministros en protesta por los anuncios de ajuste fiscal del nuevo ministro de economía López Murphy en marzo de 2001, y la caída del gobierno de la Alianza en diciembre de ese año)].
La expedición de la denominada “Ley convertibilidad” que 

reglamento el fenómeno político económico que podría significarse como “el neoliberalismo local”, pero desde ese momento, en términos de legalidad frente a la ciudadanía, estableció las condiciones previas para iniciar un proceso de privatizaciones y apertura de los mercados nunca antes visto, estableciendo una estructura institucional de apoyo, reiterando una vez más la eficacia simbólica de las leyes y la dominancia ideológico-tecnocrática, en contraposición con la aguda brecha social que se iría consolidando y finalizaría con una crisis financiera e institucional[3] [Stiglitz: Los burócratas internacionales —símbolos sin rostro del orden económico mundial— son atacados por doquier. Las reuniones de oscuros tecnócratas en torno a temas tan anodinos como los préstamos preferenciales o las cuotas comerciales se han transformado en escenarios de iracundas batallas callejeras y grandes manifestaciones. Las protestas en la reunión de Seattle de la Organización Mundial de Comercio en 1999 fueron una sacudida, pero desde entonces el movimiento ha crecido y la furia se ha extendido. Prácticamente todas las reuniones importantes del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la OMC equivalen ahora a conflictos y disturbios. La muerte de un manifestante en Génova en 2001 fue la primera de las que pueden ser muchas más víctimas de la guerra contra la globalización]... [Stiglitz: Asuntos como los préstamos de ajuste estructural (programas diseñados para ayudar a que los países se ajusten y capeen las crisis) y las cuotas del plátano (los límites que algunos países de Europa establecen a las importaciones de plátanos de países que no sean sus antiguas colonias) interesaban sólo a unos pocos. Se suponía que el FMI se concentraba en las crisis, pero los países en desarrollo siempre necesitaban ayuda, de modo que el FMI se convirtió en ingrediente permanente de la vida de buena parte del mundo subdesarrollado (En la Argentina se constituyo en el principal actor internacional, en términos de influencia y decisión de las políticas publicas, durante el periodo citado). El régimen político global y local neoliberal asumió el liderazgo en la promoción de estas políticas, en y "el consenso de Washington". El Foro Económico Mundial en Davos fue el lugar de promoción de la teoría y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización de Mundial de Coerció (OMC) se convirtieron en los principales implementadores del Consenso de Washington. Las dificultades económicas que enfrentaban todos los gobiernos partir de 1970 (en particular en el Sur y en la antigua zona comunista) hizo extremadamente dificultosa para esos estados, gobernados por antiguos movimientos antisistémicos, la resistencia a las presiones de "ajuste estructural" y apertura de las fronteras. Como resultado, se logró una limitada reducción en los costos de producción mundiales, pero el éxito fue mucho menor de lo que esperaban los promotores de semejantes políticas, y muy por debajo de lo que era necesario para terminar con la reducción en el margen de ganancias. Más y más, los capitalistas buscaron aumentar sus ganancias en el área de la especulación financiera antes que en la de producción. Tales manipulaciones financieras pueden dar como resultado grandes ganancias para algunos operadores, pero volatilizan la economía-mundo y la someten a los cambios de cambio monetario y de empleo. Éste es, de hecho, una de las señales del aumento del caos.] …El dramático ataque de Osama bin Laden a las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001 fue una señal del caos global y del punto de inflexión en los alineamientos políticos, donde la Argentina asumió una posición soberana e independiente, para comenzar la reconstrucción después del estallido social.





[1] www.cels.org.ar/common/documentos/protesta_social.pdf, 18 nov. 2002 - Documento en formato PDF, elaborado por el centro de estudios legales y sociales (CELS), actualizado al 1º de marzo de 2002
[2] Carlos Gervasoni, Crisis política y crisis financiera en el Gobierno de la Alianza en la Argentina (1999-2001) Universidad Católica Argentina / Universidad Torcuato Di Tella / Universidad del CEMA. Visiting Resource Professor at LLILAS/UT-Austin. October, 2002.

[3] Stiglitz Joseph, ‘El malestar de la globalización”, Editorial Taururs, Julio de 2002, Ciudad de Buenos Aires

sábado, 8 de agosto de 2015

LA COYUNTURA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LA CRISIS DE 2001 (SERIE) (3)

En el plano internacional, en general, la literatura de las crisis financieras[1] suele estar definida en términos vagos e imprecisos por parte de los autores que se sitúan en el marco teórico prevaleciente en el periodo de estudio-2000-2002 (neoliberalismo) y técnicos de organismos multilaterales de crédito, especialmente del FMI. Parece oportuno hacer una síntesis y limitar una aproximación de un espacio al que denominare “entorno neoliberal[2]”. Se adjudican las causas generales al excesivamente moderado esfuerzo liberalizador, el abuso de gasto público, con algunas variantes en las formas de financiamiento, destacando siempre el excesivo rol del estado por sobre el del mercado, en quien supuestamente debería recaer la responsabilidad de los tiempos. Seria menester además, repasar cuestiones desde una perspectiva histórica e ideológica, aunque esto no se podrá realizar sin entrar en un análisis antropológico, que dejaremos para otros trabajos. Sin embargo podemos citar al premio Nóbel Joseph Stiglitz quien dice [Durante décadas los pueblos del mundo subdesarrollado se han rebelado cuando los problemas de austeridad impuestos en sus países han sido demasiado severos, pero sus quejas no solían tener eco en Occidente.[3]]…[El colapso argentino en 2001 es uno de los más recientes fracasos de los últimos años (el libro es de 2002). Dada la alta tasa de desempleo de los últimos años, lo asombroso no es que los ciudadanos se amotinaran sino que sufrieran en silencio durante tanto tiempo[4]]
[Aunque casi todas las actividades del FMI y el BM tienen lugar hoy en el mundo subdesarrollado…estos organismos están siempre presididos por representantes de los países industrializados….Las instituciones no son representativas de las naciones a las que sirven[5]]
La influencia del “neoliberalismo, los organismos internacionales y los actores políticos nacionales en las crisis”, se ha constituido en uno de los temas políticos más relevantes en el contexto mundial. ( Una lectura de los acontecimientos de las últimas décadas, en el cual han existido 124 crisis, tanto en países desarrollados como emergentes entre 1970 a 2007, dejan en claro que la Teoría Económica Moderna -con su esperanza en que el libre mercado y la globalización- entidades a las que le asignan los sitiales mas altos en el podio a la desregulación, la ingeniería financiera y las privatizaciones- serían mas bien las causas y no las fuentes de inspiración para encontrar la solución para eliminar las crisis actuales. Durante la crisis mundial de 2008 quedo claro que hasta el más escéptico en cuanto a las aportaciones de la regulación ha cuestionado aquel argumento repetido por tres décadas como una letanía hipnótica: “el mejor gobierno es un gobierno pequeño que resigna la mayor cantidad posible de funciones que el estado no desempeña con éxito merced a su consabida ineficiencia y corrupción, a favor de una supuesta-no siempre probada- mayor eficiencia y ética proveniente del sector privado. En tal sentido, las políticas públicas-en lo que hace a la política económica-necesita un equilibrio entre el papel de los mercados y el papel del gobierno. Dicha conclusión emerge en forma diáfana a lo largo de todo el texto citado, donde se contextualizan las circunstancias relativas a decisiones de políticas publicas previas a la crisis denominada “La Gran Recesión”, el fondo de la misma y las posibles reflexiones para lograr salir del estancamiento económico[6]).




[1] International Monetary Fund, “Financial Sector Crisis and Restructuring, Lessons from Asia”, occasional paper, Washington DC, 1999
[2] Tigani, Eugenio Pablo, “El entorno neoliberal” engloba FMI, BCE, Fed, Treasury US, políticos conservadores hospedados en el marco teórico neoliberal, corporaciones internacionales, banca privada de inversión y comercial, compañías calificadoras de riesgo, profesionales de extracción de la ciencias exactas: físicos y matemáticos dedicados a las finanzas empleados en Wall Street, creativos de nuevos productos derivativos financieros ofrecidos por el sistema financiero, ejecutivos de finanzas corporativas, lobbistas de la desregulación de los mercados contratados por las corporaciones para representar grupos de presión privatizadora en los Congresos y entidades oficiales, mercados financieros internacionales-bolsas de valores-fondos de inversión, capital de riesgo, private equity funds, venture capitalist, seed capital, hedge funds, fondos mutuales de pensión, fondos buitres, corredores de cambio, fijadores de tasas de interés y cambio-arbitrajistas-, sistema financiero en las sombras, comisión de valores, especuladores profesionales, universidades privadas formadoras y promotoras ideológicas del neoliberalismo, bufetes de abogados top, economistas funcionales-dan soporte técnico al entorno, consultores TOP de alta dirección extranjeras y locales. La lista podría extenderse, se ha podido exhibir el núcleo.

[3] Stiglitz, Joseph, “El malestar de la globalización”, Capitulo 1 “Las promesas de las instituciones globales”, Pág.29. Taurus, Buenos Aires.
[4] Stiglitz, Joseph, “El malestar de la globalización”, Capitulo 1 “Las promesas de las instituciones globales”, Pág.47. Taurus, Buenos Aires.

[5] Stiglitz, Joseph, “El malestar de la globalización”, Capitulo 1 “Las promesas de las instituciones globales”, Pág.48. Taurus, Buenos Aires.

[6] Joseph Stiglitz, “Caída Libre” Editorial Taurus, Edición 2010, Ciudad de Buenos Aires

martes, 4 de agosto de 2015

LA COYUNTURA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LA CRISIS DE 2001 (SERIE) (2da. parte)


Nunca un gobierno argentino se desgastó tanto en tan solo dos años de gestión como el de Fernando de la Rúa. Al momento de renunciar a su cargo de presidente de la Nación Argentina, la imagen positiva de de la Rúa era sólo 4%[1]. De esta manera, en la Argentina se verificó una tendencia que indicaba que en los países que habían aplicado políticas neoliberales emergentes del Consenso de Washington[2], e incurrido en crisis financieras, ya al borde de la cesación de pagos, era casi inevitable la caída del gobierno (Ecuador, Indonesia, Malasia, etcétera) ante la imposibilidad de manejar sus consecuencias[3]. Todo esto se debe a que la ideología dominante en los noventa se ha orientado desde los países desarrollados hacia los países emergentes, como reflejo de la expansión de la globalización de los mercados, la expansión del capitalismo financiero (En el “todo vale de los noventa” -frase de Stiglitz-[4]). Si bien Gervasoni presenta una hipótesis y un modelo teórico, su trabajo se centra en colapsos financieros de países en vías de desarrollo-de distintos perfiles que los que coinciden con caídas de gobierno, como el caso del gobierno de la Alianza-, haciendo énfasis y exponiendo que las “crisis financieras”, son eventos frecuentes en el mundo. Gervasoni ejemplifica haciendo foco en el periodo (1997-2001),  señalando una diversidad de países: del sudeste asiático, latinoamericanos y europeos, euro-asiático (Tailandia, México, Rusia, Corea del Sur, Brasil y Turquía). Sin embargo, podemos distinguir que no en todos los casos mencionados sucedieron los mismos incidentes, ni tuvieron las mismas consecuencias políticas: por ejemplo aunque todas las monedas mencionadas fueron depreciadas, solo en Rusia se produce un default de la deuda, y no necesariamente en estos países caen los gobiernos, que por otra parte poseen distintos sistemas políticos.
Podemos mencionar de paso, que el desgaste del ex presidente De la Rua, que también afectó a buena parte de la dirigencia política del país, tuvo su primera expresión en el bajo nivel de voto positivo de las inmediatamente posteriores elecciones legislativas del 14 de octubre de 2001 (CARTECO Noviembre de 2001), donde casi 40% del padrón optó por anular su sufragio o votar en blanco. El caos político en que cayó el gobierno no sólo se manifestó en la violencia de los saqueos y en la presencia masiva de gente en las calles, desafiando el estado de sitio y mostrando una desobediencia civil inédita [Aquí tendríamos, por lo tanto, la formación de una frontera interna, de una dicotomizacion del espectro político local a través del surgimiento de una cadena equivalencial de demandas insatisfechas… Las peticiones se van convirtiendo en reclamos…A la pluralidad de demandas que, a través de su articulación equivalencial, constituyen una subjetividad social más amplia, denominaremos demandas populares, comienzan así a construir al “pueblo” como actor histórico potencial. Aquí tenemos en estado embrionario, una configuración populista[5]] la resistencia de las Fuerzas Armadas a distribuir alimentos entre los sectores más pobres de la población (que habría sido solicitada por el Presidente) y, fundamentalmente, en la falta de políticas para atender la emergencia, que luego de las varias sucesiones provisionales[6]-en el marco del sistema presidencialista de los países latinoamericanos[ Como comentario general, se puede señalar que de los 18 regimenes presidenciales latinoamericanos que califican como democracias o semi democracias 8, es decir 44%, experimentaron renuncias o destituciones de presidentes][7]-, pudieron ser implementadas por Eduardo Duhalde, a partir de su designación por parte del Poder Legislativo. [ …la vorágine en que se sumergió el país desde 2001 por lo menos hasta mayo de 2002…corralito, resistencia social, estado de sitio, estallido social generalizado, sucesión de autoridades, cesación de pagos, devaluación, depresión continuada, inflación y sobretodo, indignación y perplejidad generalizada[8]].




[2] El Consenso de Washington incluye estos 10 puntos: 1. Disciplina presupuestaria de los gobiernos. 2. Reorientar el gasto gubernamental a áreas de educación y salud 3. Reforma fiscal o tributaria, con bases amplias de contribuyentes e impuestos moderados. 4. Desregulación financiera y tasas de interés libres de acuerdo al mercado. 5. Tipo de cambio competitivo, regido por el mercado. 6. Comercio libre entre naciones. 7. Apertura a inversiones extranjeras directas. 8. Privatización de empresas públicas. 9. Desregulación de los mercados. 10. Seguridad de los derechos de propiedad.
[3] Gervasoni, Carlos, “Crisis política y crisis financiera en el Gobierno de la Alianza en la Argentina (1999-2001), UCA/UTDT, UCEMA, Visiting Resource Professor at LLILAS/UT-Austin, October 2002. (Gervasoni tiene como objeto plantear hipótesis y presentar evidencia empírica preliminar sobre el impacto de factores políticos en la génesis de las crisis financieras en los países en desarrollo)
[4] Stiglitz Joseph E., “Los felices noventa, la semilla de la destrucción”, Capitulo 6, Pág. 183, Ed. Taurus, Buenos Aires, 2003
[5] Laclau, Ernesto, “La razón populista”, capitulo 4, “El pueblo y la producción discursiva del vacío”, algunos atisbos ontológicos. Fondo de Cultura Económica, México, 1996
[6] Hopenhayn, Benjamin y Barrios Alejandro, “Las malas herencias”, Capitulo 4, Pág.135, Fondo de Cultura Económica, Noviembre, 2002, Buenos Aires [Luego de la profunda crisis institucional de fines de año 2001 y de la renuncia del ex presidente De la Rua, el Congreso Nacional decidió por mayoría, para completar el periodo inconcluso, los sucesivos recambios presidenciales: Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saa, Eduardo Caamaño y finalmente (¿) Eduardo Duhalde]
[7] Mustapic, Ana María, “America Latina, las renuncias presidenciales y el papel del Congreso”, en Política, Vol.47, Pág.59, Universidad de Chile, Santiago de Chile (2006)
[8] Hopenhayn, Benjamin y Barrios Alejandro, “Las malas herencias”, Capitulo 4, Pág.121, Fondo de Cultura Económica, Noviembre, 2002, Buenos Aires

domingo, 2 de agosto de 2015

LA COYUNTURA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE LA CRISIS DE 2001 (SERIE) (1)

El fenómeno de las crisis financieras se incorpora oficialmente en la agenda mundial, y por lo tanto en el ámbito internacional, como una preocupación para los Estados de mayor grado de desarrollo económico y los organismos multilaterales de crédito, después de la denominada “Crisis de Lehman Brothers[1], fue luego del “semestre trágico[2]” que vuelve a posicionarse con fuerza como tema de debate, remarcándose su asociación a las esferas de desregulaciones,  y falta de controles e intervenciones de los gobiernos. Desde 1994 las crisis financieras se han incrementado en distintos países-México, Tailandia, Malasia, Indonesia, Corea del sur, Rusia, Ecuador, Brasil, Argentina, su relevancia actual, adquiere interés inquietante cuando Grecia, España, Portugal, Irlanda e Italia (2010) comienzan a ser parte integrante de los desequilibrios internacionales. Todo esto se debe a que la ideología dominante por cuarenta años se ha orientado desde los países desarrollados hacia los países emergentes, como reflejo de la expansión de la globalización de los mercados, la expansión del capitalismo financiero (En el “todo vale de los noventa” (frase de Stiglitz[3]). En este entendimiento, la situación financiera internacional se ha configurado como un emergente del avance de “lo financiero” sobre lo político, y  los actores a cargo en los países desarrollados dan cuenta de ello.
En este marco, la diferencia para resolver los desequilibrios en los países desarrollados y emergentes han perjudicado en mayor medida a estos últimos, y esto responde en parte a la decisión de subordinar las políticas publicas a las diez reglas del Consenso de Washington[4], por ejemplo, para la región Latinoamericana en la década de los noventa[5], dejando paso a que los organismos multilaterales de crédito, la tecnocracia y las “mejores practicas del mercado”, se trasformen en el rumbo aceptado por numerosos políticos, principalmente los adherentes al neoliberalismo (en Argentina Menem, Collor de Mello en Brasil, Fujimori, Sánchez de Losada y Gutiérrez; en Perú, Bolivia y Ecuador respectivamente). El FMI, el Banco Mundial y aun el Banco Interamericano de Desarrollo, habían incluido y/o adherido a la clásica receta ortodoxa, y a todo el resto del consejo del Consenso de Washington, como factores previos a cualquiera de sus políticas de asistencia financiera. Los avances registrados en las tasas de crecimiento del PBI, se ven contrastados con el aumento de la desigualdad y la pobreza, debido al endurecimiento de las exigencias de estos organismos y lo que denominare en adelante “el entorno neoliberal”[6]. El tema ha tomado especial protagonismo desde el inicio del nuevo milenio, aunque fue perfeccionado cuando supero las fronteras de los países emergentes, para concernir a los países desarrollados,  lo que elevó la incertidumbre de los países mas ricos. Fue en ese contexto que la Argentina, asumió el papel de “mejor alumno del FMI”[7], no resguardando sus intereses, y adaptando sus políticas a los nuevos requerimientos del Consenso de Washington, una década antes de ingresar en el mayor default de la historia mundial, en diciembre de 2001.




[1] PricewaterhouseCoopers International Limited, Lehman Brothers Bankruptcy, “Lessons learned for the survivors Informational presentation for our clients”, August 2009
 
[2] Así se denomino el periodo comprendido entre el ultimo trimestre de 2008-con la quiebra de Lehman Brothers y el final del primer trimestre de 2009, cuando la economía mundial, comienza a recuperarse del shock.
[3] Stiglitz Joseph E., “Los felices noventa, la semilla de la destrucción”, Capitulo 6, Pág. 183, Ed. Taurus, Buenos Aires, 2003
[4] El Consenso de Washington incluye estos 10 puntos: 1. Disciplina presupuestaria de los gobiernos. 2. Reorientar el gasto gubernamental a áreas de educación y salud 3. Reforma fiscal o tributaria, con bases amplias de contribuyentes e impuestos moderados. 4. Desregulación financiera y tasas de interés libres de acuerdo al mercado. 5. Tipo de cambio competitivo, regido por el mercado. 6. Comercio libre entre naciones. 7. Apertura a inversiones extranjeras directas. 8. Privatización de empresas públicas. 9. Desregulación de los mercados. 10. Seguridad de los derechos de propiedad.
[5] Casilda Béjar, Ramón, “América Latina y el Consenso de Washington”, boletín económico de ICE n° 2803, del 26 de abril al 2 de mayo de 2004
[6] Tigani, Eugenio Pablo, FMI, BCE, Fed, Treasury US, políticos funcionales al marco teórico neoliberal, corporaciones internacionales , banca privada de inversión y comercial, calificadoras de riesgo, nuevos profesionales físicos, matemáticos, y sus nuevos productos derivativos financieros ofrecidos por Wall Street, lobbistas de la desregulación de los mercados contratados por las corporaciones para representar grupos de presión privatizadora en los Congresos, mercados financieros internacionales-bolsas de valores-fondos de inversión, capital de riesgo, private equity funds, hedge funds, fondos mutuales de pensión, fondos buitres, corredores de cambio, fijadores de tasas de interés y cambio-arbitrajistas-, sistema financiero en las sombras, comisión de valores, especuladores, universidades formadoras y promotoras ideológicas, buffetes de abogados top, economistas funcionales, consultores de alta dirección extranjeras y locales, etcétera.
[7] IMF (International Monetary Fund), WBG (World Bank Group) Boards of governors annual meetings, Washington, D.C., Press Release No. 5, October 6 - 8, 1998, Statement by the Hon. CARLOS SAUL MENEM, President of the REPUBLIC OF ARGENTINA, at the Annual Meetings of the Boards of Governors of the International Monetary Fund and the World Bank Group