martes, 1 de febrero de 2011

Medio Oriente

Desde el libro de Génesis, en Oriente Medio han estado presentes los conflictos, las guerras y la violencia. Para las tres culturas religiosas predominantes; en esto coinciden, la paz proviene de Dios; aunque claramente es el resultado de los esfuerzos de los líderes políticos que no ven la guerra, como una alternativa redonda para resolver sus restricciones económicas. La paz es urgente en Egipto, es la condición indispensable para otra sociedad que dijo basta, y que por el momento ha tomado el reclamo con cierta calma, aunque no sin victimas. Oriente Medio posee cerca de 2/3 de las reservas mundiales de petróleo y 48% de las reservas de gas. Lo que digo es, se cierne una amenaza económica global, emergente del riesgo geopolítico regional. Si se produce una fuerte alza en los precios del petróleo habrá impacto global en términos de inflación y decesión (estanflación). Recordemos la guerra del Yom Kippur (1973) que provocó un fuerte aumento en el precio del petróleo que llevó a la estanflación mundial entre 1974 y 1975. Luego llego la revolución iraní de 1979 (la caída de Mohammad Reza Pahlevi, Sha de Irán-Persia, con el simultaneo regreso del Ayatollah Jomeini) que condujo a otra estanflación por el aumento en los precios del petróleo y la consecuente recesión de 1980 (que provoco un “double dip-doble caída-caída en W” en EE.UU. en 1980 y 1982). Posteriormente arribo la invasión iraquí de Kuwait en 1990, que reportó un aumento en los precios del petróleo en medio de la crisis de las compañías de ahorro y préstamos que ya estaba empujando a los EE.UU. a una recesión importante. EE.UU. y la mayoría de las economías avanzadas a continuación, entraron en una recesión que duró hasta el segundo trimestre de 1991, cuando la guerra contra Irak finalizo. Incluso miremos la recesión de 2001, que fue provocada por el estallido de la burbuja tecnológica, si uno recuerda bien, el petróleo tuvo un rol participativo. Los aumentos de precio del petróleo también fueron significativos en la recesión mundial más reciente (recuerde Venezuela y las compra de bonos argentinos). Los EE.UU. entraron técnicamente en recesión en Diciembre de 2007, tras la crisis de las hipotecas, pero esta solo se convirtió en crisis mundial en 2008 (provocada por los daños de la quiebra de Lehman Brothers) No obstante en 2008, los precios del petróleo se habían duplicado en solo un año, alcanzando un máximo de 148 dólares el barril. Esto impacto fuertemente los términos de intercambio, no sólo para los EE.UU., sino para Europa, China y Japón. Una economía mundial débil, se fue encaminando a una recesión mundial que aun toco las costas de nuestro país.

Hasta qué punto habrá contagio político por los últimos sucesos de Medio Oriente? Se extenderá por toda la región? Impactara allende los mares? Cual seria el riesgo de interrupción en el suministro de petróleo y como esta situación conduciría a un aumento significativo de los precios de todo tipo.
La agitación política regional (que viene siendo una tendencia mundial de los últimos 25/30 años, de destituir gobiernos totalitarios y corruptos) interrumpirá el suministro de petróleo asegurado, aumentando los precios. Ya en 2006 cuando Israel enfrento a Hezbolá en el Líbano, el precio subió, aunque brevemente, desde u$s 60 a u$s 80 el barril?
Podemos pensar en democracias estables en Oriente Medio, de aquí en adelante? No se dirigirá esta región hacia nuevas dictaduras “nacionalistas”?
Es decir, la corrupción, la pobreza, el desempleo, no podrían conducir a elecciones libres primero, y luego, si las necesidades y aspiraciones populares quedasen insatisfechas por las democracias, ser estas por su debilidad, funcionales a golpes de estado?
Todo esto en un escenario de riesgo de una confrontación militar entre Israel e Irán, conflicto palestino-israelí, con una Turquía que se despega de occidente geopolíticamente en el conflicto diplomático con Israel.
Ahora Jordania reemplaza al primer ministro, Túnez, Marruecos, Yemen, Bahrein, y hasta Arabia Saudita y Siria podrían ser los siguientes países con conflictos políticos.
En este escenario, los precios del petróleo bordeando los 100 dólares por barril, con el consiguiente aumento de los precios del resto de los commodities, especialmente de los alimentos, impulsaran la inflación, sobretodo de de las economías emergentes dominantes, donde el petróleo y los alimentos representan 70% de la canasta de consumo. Todo indica que si los precios del petróleo se elevaran, las economías emergentes dominantes se desacelerarían (Recuerde que hoy esta economías traccionan el PBI mundial y representan 3 veces la tasa de crecimiento de los países desarrollados). Si el aumento de los precios de los productos básicos aumenta, la aversión al riesgo de los inversores, podría dar lugar a una reducción de la confianza de los consumidores, el comercio mundial se desaceleraría, y traerían turbulencias en los mercados financieros-aun muy desregulados-, con sus consecuencias fatales en la economía real.
Oremos por la paz de Oriente Medio, ya que los eventos en Túnez y Egipto, darán lugar a una transición hacia nuevos e inexplorados regímenes políticos. Por el lado económico, el riesgo de nuevos aumentos de los precios de la energía es muy grave para un mundo que se recupera débilmente de la peor crisis desde la Gran Depresión.





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