martes, 27 de enero de 2009

La Política Exterior del Justicialismo

La política exterior del gobierno, equivocada o no, sigue centrándose en convicciones; algo bastante difícil de concebir para los analistas políticos producidos.
En esta dirección pudimos ver en Octubre de 2008, la preferencia explícita del poder ejecutivo por el candidato del Partido Demócrata, frente al aspirante Republicano. En el mismo sentido, la presencia de Cristina Kirchner visitando Cuba y Venezuela, responde a un dogma de la doctrina justicialista de unión Latino Americana (Latino America Ahora o Nunca J.D.Perón 1945). Recuérdese también, que la primera ruptura del bloqueo a Cuba, fue realizada durante el periodo del gobierno peronista 1973-1976.
Las expresiones de Cristina Fernández (desde Cuba) diferenciándose de Chávez, sin ninguna sutileza; diciendo que el discurso inaugural del presidente Obama le pareció muy esperanzador, inicia una nueva relación con Washington, como recientemente confirmara el embajador de los EE UU en Argentina.
Esta vez, las relaciones con los EE UU parten de una base de coincidencias muy contundentes, a partir de los primeros actos de gobierno estadounidense: 1) El cierre de la cárcel de Guantánamo y 2) El anuncio del fin al uso de la tortura. El presidente de los EE UU fue muy espontáneo al marcar el “rumbo inicial”, y el gobierno argentino se ha mostrado muy complacido e identificado con estas medidas.
La presencia de la presidente en Cuba y Venezuela al tiempo que asumía Obama, no fue de ninguna manera una estrategia reflexionada, sino más bien un hecho de coincidencia. El oficialismo obró de la manera que acostumbra hacerlo, es decir; sin ningún tipo de condicionamientos o complejos. Tal vez un episodio impolítico que se podía evitar, así lo plantean los analistas que puntuaban alto con la perspectiva de “las relaciones carnales”.
Por lo menos desde el discurso político y las necesidades de EE UU, Obama compromete cambios en lo cultural, derechos humanos, aspectos sociales, política económica, y seguridad.
Pero más importante que las “perspectivas de cambio”, es el cambio en la comunicación que establece con el pueblo de los EE UU, y con el resto del mundo. Recomiendo no perder de vista la evolución posterior de estas señales preliminares*.
El presidente Bush se fue con 3,80% de imagen positiva en Argentina, contra 50% de Obama en el inicio. Obama es el presidente extranjero con mejor imagen junto a Lula, según el promedio de las encuestadoras de más alto posicionamiento empresario.
Con la administración de George W. Bush, un acercamiento a los EEUU era infructuoso, salvo Colombia y algún otro país de la región-en forma relativa-que lo hacía con escasa hilaridad. Es obvio que ser incondicional de Bush tenía un costo político imposible de soportar en el mundo, incluyendo al mismísimo Tony Blair. Distinto es hoy el caso de Obama incluyendo América Latina, donde es uno de los presidentes estadounidenses más populares de las historia.
En solo 7 días, el gobierno argentino no ha tenido espacio, ni excesiva premura en desfilar por el besamanos tradicional de un presidente estadounidense recién llegado. No obstante el presidente Obama llega con una carga interna y externa sin precedentes en la historia de su función, y difícilmente pueda asignarse un tiempo dentro del ranking de prioridades racionales.
Para finalizar, Cristina Fernández se tomó la foto adolescente-setentista con Castro, al mismo tiempo que felicitaba y destacaba el discurso inaugural de Obama. Este cuadro refiere al justicialismo, una lógica ideológica difícil de entender desde un sitio alejado del verdadero centro filosófico.

*La mayoría de la gente ignora la diferencia entre el análisis "ex ante" y "ex post". Es decir, con el diario del Lunes, cualquiera acierta los resultados del futbol dominguero. Los pronósticos de cualquier entidad se corrigen de manera formal, periódicamente.

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