viernes, 4 de julio de 2008

Política Regional

Brasil y Argentina cerraron un nuevo acuerdo comercial que busca lograr un mayor equilibrio entre sus mercados automotrices. En el convenio, que tendrá vigencia por dos años, se establece un nuevo valor para el sistema que regula cuánto se puede importar en función de lo que se exporta en materia de automóviles y autopartes. En principio, el sistema será más favorable a la Argentina, ya que por cada US$ 2,3 que exporta, los brasileños podrán vender por US$ 1,95, aunque con el tiempo la relación se irá equilibrando. El nuevo acuerdo señala que antes del 31 de diciembre de 2008, las partes extremarán sus esfuerzos para alcanzar consensos, en un trabajo conjunto con los sectores privados, para definir una política común de auto partes.
Finalizada la primera mitad del año, el Mercosur con Venezuela, el ALBA (Alternativa Bolivariana de las Américas) y el relanzamiento de los “no alineados”, aportan nuevos alcances al “Revival Latinoamericano”. La región está en pleno apogeo de pactos y nuevas ponencias contrapuestas a las vigentes en la década del noventa-“pensamiento único”-.
“Latinoamérica ahora o nunca” (1967), un libro escrito por el ex presidente Perón-se volvió a reimprimir-, y aunque tiene casi 40 años, luce como un texto muy interesante para comprender como se ve el mundo desde esa perspectiva.
La censura de esta integración habla de vaciamiento de contenido integracionista, examinando el amalgama latinoamericano con la rutina ALCA. Pretendido y aferrado, hay quienes consideran que aún es posible- ¿Quién sabe?
-¿Quién quiere perder un mercado que explica el 25% de la tasa de crecimiento mundial por sí mismo?- EE.UU. no carece de abogados defensores en Latinoamérica, aunque su sobresaliente entidad lo auto sustenta. -¿Quién puede temer por la suerte de EE.UU.?
Luego de muchos años de vivir la situación regional “Don Pirulero”, donde cada cual atendía su juego, los pasos conjuntos que se están dando no son pequeños. La Comunidad Andina presidida por el ex dirigente cocalero y presidente de Bolivia Evo Morales, rubricó el ALBA, a nivel bilateral, sin aspirar a ninguna suntuosidad urbana.
Venezuela se incorpora al Mercosur, y sigue afianzando su participación regional en distintas formas. Su integración es la cúspide de las decididas “políticas de acoplamiento” desarrolladas en medio de su esplendor petrolero.
Las muestras de unidad política entre los líderes de la región son explícitas. Kirchner sigue desplazándose hacia la derecha del centro izquierda-dicho en el idioma de los comentaristas-, se expresa sin ambages a favor de la reelección del más disciplinado presidente regional para los EE.UU. y los organismos multilaterales de crédito, Lula. El presidente K, tampoco esconde su admiración por Chile, Bachelet y Ricardo Lagos.
La política exterior argentina continúa desplegando el singular y consistente péndulo peronista, hoy centro izquierda-para los comentaristas no especializados en “peronismo”-, con los habituales reproches a EE.UU., pero con acciones pragmáticas y también consistentes-aprobación del proyecto de ley de Armas Químicas-. La responsabilidad a favor de la acción antiterrorista a nivel global no es ni menemista ni kirchnerista; es indiscutible, es una definición política que despega al presidente K de Chávez y Fidel.
Evidentemente, más por el espanto que produjo el Consenso de Washington que por virtud de la integración, la cosa está en marcha.
“La libertad misma queda limitada a una hermosa palabra de muy escaso contenido, pues cada cual la entiende y la aplica en su propio beneficio”.*
El verdadero artífice de la unión latinoamericana ha sido, sin duda, el Consenso de Washington.
El entusiasmo se extiende en medio de una diversidad de contextos que es necesario comprender, caso por caso. A esta altura resulta obvio, que los analistas políticos tienen cierta dificultad para entender y describir los “movimientos” populares, incluyendo el peronismo. De Bachelet a Fidel existe un sinnúmero de posiciones propias, incomparables unas con otras.
No obstante es cierto que en toda América pasamos del “pensamiento único”, al “pensamiento diverso” y eso es un hecho. Por esta razón, la profundidad en el análisis debería comenzar cuanto antes para mantener bien informado a aquellos que deben tomar decisiones.
En la Comunidad Andina por ejemplo, Perú avanzó en el Tratado de Libre Comercio con los EE.UU., El denominado “Acuerdo de Promoción Comercial Perú-EE.UU.”, fue aprobado tras una maratónica sesión que comenzó un martes por la noche y se prolongó durante la madrugada, no obstante debe ser aprobado por los congresos de ambos países para entrar en plena vigencia a partir de 2007. La ratificación del TLC en Perú se produjo pese a la oposición de varios sindicatos y gremios del sector agrario, el más deprimido del país y el más afectado por el libre ingreso de productos estadounidenses. Los sindicatos y campesinos han anunciado marchas contrarias en Lima, a la brevedad.
El progreso esmerado de Alejandro Toledo antes de pasarle el bastón a Alan Gracia, alejó a Venezuela del bloque, aunque Venezuela no deje de venderle petróleo a su principal cliente.
En México en los últimos años, como en Colombia, la dirección ideológica es más popular cuanto mas alineada esté a los EE.UU. No obstante los resultados de la elección parecen estar bastante nivelados, es decir, habría avanzado el centro izquierda, aunque no lo suficiente como para cambiar la tendencia iniciada por Vicente Fox. El ALCA tiende a rezagarse, pero EE.UU. sigue braceando con socios selectivos-según han denominado en un informe-, promoviendo tratados bilaterales como los de diseño japonés.
El Mercosur, tuvo folclóricas tensiones entre sus socios-Argentina vs. Uruguay-Paraguay vs. Brasil, por distintas razones, papeleras o barreras comerciales. Los obispos de la Argentina y Uruguay se mostraron optimistas en relación con una inminente reunión entre Kirchner y Vázquez por el conflicto. Los religiosos están haciendo contactos y quieren que el encuentro sea una expresión de lo que se está construyendo desde abajo-expresó monseñor Pablo Galimberti, presidente de la Conferencia Episcopal de Uruguay. Lozano, obispo de Gualeguaychú, y Galimberti compartieron una conferencia de prensa en la casa de retiro espiritual en la localidad de Pilar.
El ALBA que luce más concluyente, propone una integración disconforme con el enfoque de economía de mercado. En el otro extremo, la corriente fastidiada con todo lo que pasa en la región, adivina y presiente una integración de administraciones estatales, como una especie de “soviet supremo”, y hasta llegan a considerar una puerta de entrada que permitirá a Chávez suceder al veterano Fidel. Tales diagnósticos lucen como un esperpento o como un argumento de cine ficción.
Los flujos integradores se multiplican por razones de necesidad-Latinoamérica retrocedió tanto que casi no existe en el concierto de grandes uniones-. La dinámica y profundidad económica de los procesos de integración deberían ser mucho más contundentes, ya que hay elementos complementarios-en términos de oportunidad histórica y providencial- de magnitud para avanzar en todas las direcciones.
Los países miembros del Mercosur, más Venezuela, más Bolivia extienden una visión que creció en Latinoamérica en forma consistente con el PBI.
El lanzamiento del ALBA con Venezuela, Cuba, Bolivia y la ampliación del Mercosur se inspiran en el sueño de San Martín y Bolivar. Desde aquellos tiempos unos eran católicos, otros masones, los había liberales y populares. Religión y política también vuelven a asociarse y establecerse en los procesos en todo el mundo, vimos el ejemplo de Argentina Uruguay, unos párrafos atrás. -…La política mundial tendrá cada vez menos que ver con ideologías, y cada vez mas con identidades religiosas…-**.
La Comunidad Andina, sin Chávez, pero con Evo, se reunió en Ecuador para afirmar la continuidad del pacto, solicitando la renovación del convenio de preferencias comerciales entre el conjunto y EE.UU., aunque el Congreso no renovará el programa de preferencias comerciales para los países andinos sudamericanos, cuando a fin de año expire el tratado que tiene quince años de antigüedad, ya lo informaron los diputados republicanos.
Chile, propuso una “alianza estratégica” con Argentina y Alan García se prepara para tomar parte, en esta suerte de mayoría de gobiernos populares, aunque llega en una versión “no reloaded”, mas bien pragmática-¿otra vez a contra mano?-.
Por último y como vimos, los países piensan y desarrollan estrategias diferentes, aunque articuladas, contienen muchos puntos en común. Nadie renuncia a hacer negocios con los EE.UU., ni siquiera “el expresivo presidente de la República Bolivariana”, socio comercial indiscutido de EE.UU., aunque no necesite TLC para exportar petróleo y embolsar suculentos petrodólares.
Argentina y Brasil, también buscan alcanzar acuerdos de preferencias arancelarias con los EE.UU. Afortunadamente para la Argentina, los dos países mejor abastecidos en materia energética-ya que la Argentina necesita seguir creciendo a tasas altas, para eliminar la pobreza y la indigencia-, no están gobernados por rancheros potentados con capacidad de imponer agendas políticas, ni condicionalidades económicas. Después de la experiencia con el FMI, esto es bueno, no importa la ideología, importan los intereses nacionales y el crecimiento.
Existe una gran consistencia entre el espíritu integracionista del discurso político y las posiciones proteccionistas de muchos países, este es un parapeto del pensamiento nacional y popular. Justamente la articulación que decide la integración, es la defensa de los intereses nacionales. El elemento energético anunciado con bombos y platillos será sin duda, el comienzo de los procesos de integración abierta. Bolivia se incorporó al comité ejecutivo de coordinación sobre el proyecto del Gasoducto del Sur, que se extenderá desde Venezuela hasta la Argentina. Su participación era clave en la definición de la viabilidad económica del emprendimiento, dado que su ingreso permitirá cerrar el anillo energético que garantizará el suministro a largo plazo de gas natural a todo el cono sur. Bolivia tiene la segunda reserva más importante de gas en Sudamérica, detrás de la que posee Venezuela. Este proyecto tiene un costo estimado de 15.000 millones de dólares y su construcción demandaría entre cinco y siete años.
Las condiciones están dadas, hoy existe más confianza política entre pares y proyecciones de continuidad en varios países. Primero repuso la línea Chile, ahora se viene Brasil y las encuestas le otorgan altas chances a algún pingüino o pingüina en Argentina.
Aquellos que encuentran ininteligibilidad en las alianzas multipropósito superpuestas, omiten lo que significa expresar un atisbo del disgusto acumulado por numerosos años de vigencia del Consenso de Washington.
Un proyecto social-monárquico-sucesorio de Fidel Castro a Hugo Chávez, sencillamente no tiene chance. Ni la Argentina, ni Brasil tienen vocación por adquirir tales influencias.
Actualmente no se corre ningún riesgo de supremacía ideológica entre tanta variedad; estamos en el año 2006, no existe la URSS y miles de habitantes chinos manejan Mercedes Benz, BMW y camionetas 4x4.
-¿Quién es aquel que en América desea heredar el modelo cubano de un Fidel Castro menguante?-¿Quien ambiciona tener un estado policíaco?- ¿Quién llegó en los últimos años al gobierno sin elecciones libres? –
¿Quién puede ignorar que EE.UU. pudo reflexionar en muchas variantes si realmente Castro y Chávez fueran una amenaza considerable para el orden regional?-
Subestimar la estrategia geopolítica de la primera potencia del mundo es por lo menos ingenuo.
A 17 años de la caída del muro de Berlín, muchos cronistas políticos y un buen número de economistas devenidos en analistas políticos-aturdidos por la tasa de crecimiento de la región-; tratan de entender la política internacional de la aldea global, con la lógica del conflicto Este-Oeste. Esto no parece demasiado adecuado para pensar el presente proyectando escenarios futuros.
*Latinoamérica ahora o nuca, J. D. Perón, Ed. Síntesis 1973
** Cuentos Chinos, Andrés Oppenheimer, Ed Sudamericana, página 8

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