viernes, 24 de septiembre de 2004

No veo catástrofes, cortemos con la mala onda

La reestructuración de la deuda en default y el acuerdo para interrumpir hasta Enero las negociaciones con el FMI son los dos temas que más preocupa a los expertos. Los escenarios posibles de desenlace son bien diferentes, si es que hubiese dos posibilidades extremas como se suele dramatizar (todo o nada). Por un lado se escucha que el acuerdo total con los acreedores y el FMI generaría una situación “disneylandia”, en el otro extremo de los resultados, las mismas voces opinan que si ambas cosas no prosperan (arreglo con los bonistas y con el FMI), la incertidumbre podría volver a instalarse y la “libanización” amenazaría la existencia misma de la Nación. Personalmente, rechazo esa visión de las cosas. No las creo, no veo ninguna posibilidad de un escenario catástrofe (En economía, siempre los escenarios de pronóstico incluyen un escenario catástrofe)No obstante la economía comienza a demandar inversiones para continuar el ciclo de crecimiento iniciado en 2002 cuando tocamos fondo para nunca mas regresar, solo que esto acontece en forma coincidente cuando el gobierno enfrenta para el año entrante su primer reto en las urnas.La visita de Rodrigo Rato el nuevo Director Gerente del FMI no trajo noticias aciagas, ni tampoco soluciones fenomenales. Su ortodoxia prevaleció en las conversaciones, pero se mostró menos arisco de lo que lo fue como Ministro de Economía de España. Menos mal, porque las muestras de repudio a su visita por agrupaciones políticas opuestas fueron notables, incluyendo la toma del hall del Hotel Sheraton. Lo beneficioso, es que aceptó la propuesta que hasta Enero de 2005 se suspendan las negociaciones con el FMI, hasta que se llegue a un acuerdo con los tenedores de bonos argentinos en default, dándole margen al ministro Lavagna para negociar. Lo delusorio es que intercedió en favor de los bonistas con mas desparpajo de lo que lo hace habitualmente Ann Kruegger (su segunda en Washington, una conocida intercesora que boga mas adentro a favor de los acreedores).Si la Argentina acuerda con los que tienen papelitos argentinos, el arreglo con el FMI llegará, esto es muy probable. Mientras tanto se suspendió la revisión de metas porque sin un acuerdo con el FMI, se hubiera generado un pozo que según Alfonsín, algunos aprovecharían con cierta hilaridad.- ¿Cómo sabremos al avanzar la negociación si nos va bien o mal?, me preguntan asiduamente, personas interesadas en realizar inversiones o emprendimientos diversos. Aprendamos a discernir no solo los tiempos, sino el espíritu en que se escribe lo que leemos y escuchamos, y como siempre les aconsejo para eso, vamos a conocer mas acerca de la fuente de donde emana la opinión.
El FMI dice que la oferta argentina debería cubrir el 80% de aceptación para que resulte exitosa. El gobierno dice: será suficiente entre un 50% y 60% de bonistas conformes. Con el resto veremos como acordamos. El Presidente le dijo a Rato que “ni sueñe” con que la Argentina comprometa más del 3% de superávit fiscal en 2005, hay muchas deudas sociales pendientes y una necesidad de crecimiento interno que es impostergable.
Más allá de la pugna con el FMI y los bonistas, necesitamos un clima social que atraiga capitales para apuntalar un crecimiento sustentable, como decía al iniciar estas líneas. Todo esto hay que monitorearlo desde el centro, y nunca desde un extremo u otro.
Esa atmósfera afable que esperamos, en un país lleno de reclamos y conflictos, no se genera con los cierres de ambas negociaciones tampoco, esto hay que decirlo. Necesitamos otra ayudita, como en el primer tramo de la recuperación económica de estos últimos dos años, cuando subió el precio de la soja y bajó la tasa de interés internacional, por ejemplo. Puede haber otras variantes, le damos libertad a Dios para que nos ayude como Él quiera, como lo ha hecho hasta ahora.

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