lunes, 14 de junio de 2004

Fraudes corporativos abren nuevo panorama

En estos últimos años, aquellos inversionistas de menor tamaño de empresas que cotizan en bolsas de mercados desarrollados, se llevaron una gran desilusión, muy similar a la de los tenedores de bonos de países emergentes. Los escandalosos fraudes corporativos de Enron, World Com y Parmalat, frustraron a muchos y todo parecía indicar que el mundo de las inversiones había recibido un golpe desequilibrante, de costosa recuperación.
Sin embargo, este hecho inesperado abrió un nuevo panorama para los pequeños inversores, que beneficiados por las condiciones del actual paradigma, están creciendo notablemente y apuntan a ocupar un lugar digno de ser analizado.
Él porque de este suceso tiene una sencilla explicación. Las restricciones de financiamiento bancario en los países latinoamericanos, combinado con las bajas tasas de interés que remuneran los depósitos en USA y Europa, obligan a las PYMES a buscar capital de riesgo por un lado, y a estos inversores a buscar mejores rendimientos por el otro.
Actualmente, existen muchos capitalistas de este tipo con la mira en la Argentina, buscando empresas de rápido crecimiento, que ya estén en marcha, del tipo de las industrias exportadoras, o las sustitutos de importación, por ejemplo. Esto los diferencia de sus operaciones realizadas en la pasada década del 90, que se vendían a cifras astronómicas, todo esto sin olvidarnos de las “pioladas” de las start up o punto com.
No obstante, ya se puede ver en la Argentina (que en 2003 ha crecido 8,7% anual y alcanzó 10 % de velocidad anual en el primer trimestre de 2004) una clara señal del interés inversor anteriormente descripto. Ahora mismo están reapareciendo en el país muchos de los inversionistas que habían emprendido el “fligh to the quality”, repatriando sus capitales.
"Los accionistas piolas" que vendieron sus compañías oportunamente, convirtiéndose en rentistas por un tiempo (Casa TIA, CONIGLIO, MUSIMUNDO, FARGO, BANCO FRANCES, BANCO RIO, por mencionar a algunos héroes de la prensa financiera de la década pasada), no todos precisamente, pero algunos de ellos se encuentran invirtiendo parte de los dólares “1 a 1” que obtuvieron por sus empresas en la época de pleno auge de los private equity funds. Eso es un indicador claro que en la Argentina, hay muchas oportunidades con el actual tipo de cambio y un perfil más productivo para un inversor de riesgo.
Como buscan los inversores

Muchos inversionistas saben que hoy, con pequeños capitales se pueden conseguir tasas de retorno bien altas, que multiplican varias veces la tasa de interés que paga un banco americano, si se toman los recaudos necesarios y se sabe invertir. Es por eso que la búsqueda de pequeñas compañías con potencial comienza a ser muy interesante, dado el potencial del camino a recorrer en términos de crecimiento.
En Estados Unidos o Inglaterra se pueden encontrar comúnmente fondos inversores de las universidades o empresas de “Venture Capital” o bien “Private Equity Funds”. Los capitalistas se unen en distintos tipos de asociaciones como estas y otras “sui generis” e invierten en un fondo para potenciar proyectos y optimizar sus rendimientos. No obstante existen también muchos “capitalistas de riesgo” que se manejan de manera independiente e individual con cantidades interesantes, financiando emprendimientos puntuales con “Capital Semilla” o comprando participaciones de paquetes accionarios con un plazo de salida, siempre asesorados por consultoras que previamente realizan un diagnóstico y valuación de la compañía en interés, además del necesario pre “due dilligence” para efectivizar la inversión.
En Latinoamérica, donde se ven inversiones muy fuertes para diseños regionales, también se pueden colocar fondos acudiendo a consultoras financieras mandatarias que están concentradas en inversiones para micro emprendimientos y pequeñas y medianas empresas. Estas, además de tener en cartera empresas rentables entre sus clientes tradicionales, también identifican los “start up” y las PyMEs que tengan un negocio en marcha y cuyo potencial de crecimiento sea interesante para inyectarle capital. Al potenciarlas, estas compañías seleccionadas producen altas tasas de retorno sobre inversión, difíciles de obtener en otro tipo de negocios.
De manera articulada, las consultoras también asisten a los fondos institucionales y a los inversores particulares de su cartera estable (colocadores de fondos en oportunidades de negocios y empresas potencialmente exitosas) por lo cual se constituyen en un nexo ideal para realizar estas operaciones.
En cuanto al tamaño de las inversiones, se maneja un tipo de cifras muy variado. Existen casos de inyecciones de capital muy pequeñas (US$ 5.000) como por ejemplo el de una empresa de desayunos y regalos a domicilio en Argentina http://www.newsunrise.com.ar/ , hasta una empresa pequeña de envíos de dinero para países latinoamericanos, situada en Wisconsin, Estados Unidos, como TRANSFERNET cuyo valor total es de alrededor de US$ 3 millones.

Del lado de los emprendedores

Ante este panorama de oportunidades, muchos empresarios PyMEs y micro emprendedores desean recibir financiamiento por parte de estos pequeños inversionistas, pero suele suceder que desconocen gran parte de la tarea que es necesaria para que estos los vean como una opción interesante de inversión.
El primer paso que se debe dar para alcanzar capital de riesgo, es la elaboración de un “book” que represente todas las potencialidades de la empresa, basado en un análisis exhaustivo que refleje el estado actual de la compañía y su proyección a futuro. El mismo debe estar realizado por equipo interdisciplinario de profesionales que juzgue de manera imparcial los resultados obtenidos, fuera de la mirada emotiva de los artífices del negocio. Un punto importante para resaltar es que debe reflejar un formato de fácil y rápida lectura, pues los inversionistas miran cientos de casos por año y si el “book” es tedioso o insuficiente, eso les jugara en contra en la competencia por la obtención de dólares.
Es indispensable incluir en diferentes capítulos, un detallado informe de la Estrategia Empresaria, Cultura de la Organización, Organización Formal, “Character” asociativo de los Accionistas, además de sus potenciales atributos. También el contexto macroeconómico del país o de los países que involucra, bajando al mercado específico microeconómico y analizando a la empresa objeto de la inversión en el contexto general.
Para finalizar, el book debe incluir un minucioso estudio con índices e infografías de la evolución económica y financiera de la compañía (su historia previa más las simulaciones proyectivas futuras de “cash flow”) y la imprescindible valuación en diferentes escenarios.
Si bien esta parece ser una tarea compleja, vale la pena realizarla, ya que el apoyo económico que se puede lograr es muy efectivo.
Los inversores ingresan con una participación mayoritaria o minoritaria, generalmente conservando el management original del negocio, pero con un plan de salida (“exit plan”) de entre 3 a 7 años. Para entonces, han ganado lo suficiente por su participación y dejan a sus accionistas, una empresa mucho más grande y desarrollada, que generalmente ya ha accedido a otros mercados y también se ha consolidado patrimonialmente en forma robusta. Otra posibilidad existente es que ellos puedan llegar a ofrecer una oferta por la tenencia completa de la empresa, si los accionistas se muestran interesados en vender.

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