miércoles, 21 de enero de 2004

Cómo invertir en épocas de default 21/01/2004

La deuda, esa indeseable carga que pesa en las espaldas de muchos ejecutivos, hoy se esta convirtiendo en el vehículo de ingreso para irrumpir en muchas empresas y obtener grandes beneficios, a través de los Distress Debt Funds .Distress Debt es la deuda que está en default, es decir con demora o impaga. Los negocios de un fondo de este tipo son varios, ya sea cobrando esa deuda, obteniendo quitas de la misma, reestructurando la empresa y saliendo luego de ella con una estrategia exitosa. La situación de las compañías candidatas al concurso preventivo en mecanismos tradicionales atrae la atención de muchos inversores que buscan adquirir carteras de deuda impaga, tanto de empresas acreedoras como deudoras. Esto es usado como mecanismo instrumental para negociar quitas reestructurando la empresa en default, el management y generando la posibilidad de encontrar un socio estratégico después.Actualmente, la actividad de muchos Private Equity Funds o Venture Capital Funds está virando a estos negocios dadas las condiciones macroeconómicas en el mundo. La diferencia entre estos tipos de fondos es clara. Y hasta en algunos casos se complementan. La primera diferenciación para tener en cuenta es que los fondos de distress invierten en deuda, mientras que los fondos de inversión solo invierten en capital (equity). Otra pauta clave que los distingue es su forma de actuar a la hora de ver el negocio. Mientras que el fondo de inversión se encarga de capitalizar compañías a mediano o largo plazo haciéndolas crecer (por intermedio de management y tecnología) para luego salir con una estrategia de ganancia en la venta, el fondo de distress mira una coyuntura financiera negociando a la barata la compra de la deuda (o acreencia) y luego pacta quitas o cobra, reestructura, y capitaliza (en equity; o bien sale de la operación en sí misma habiendo ganado ).En lo que respecta a Argentina, un sinnúmero de compañías e inversores han quedado en default, lo cual hace que el inversor original no ponga más recursos por propia decisión o por iliquidez. Es allí donde se produce una reconversión del negocio, donde algunos fondos privados de inversión hoy están mutando para convertirse en fondos de distress.Los inversores de deuda tienen además un poder que los de equity no tienen: cuando una empresa entra en incumplimiento y el management no realiza los cambios que los bancos le indican, las mismas entidades financieras pueden colocar a la empresa en una situación involuntaria de concurso preventivo.EN CRECIMIENTO. El distress es un campo interesante y en crecimiento en una Argentina que se está reconvirtiendo. Dado que los inversores institucionales como los fondos de pensión están prevenidos de estas situaciones y no desean comprar bonos o tener aquellos que están por debajo de la calificación "investment grade", este es un nicho muy interesante para aquellos que desean anotar jugosas diferencias asumiendo mayores niveles de riesgo. Asimismo los bancos ayudan, ya que prefieren castigar o mandar a pérdida los créditos. Escogen no cobrarlos o demorarlos antes que meterse a reestructurar las compañías endeudadas. Cuando estos inversores buscan "compañías target", eligen endeudadas con "activos difíciles" como inventarios o deuda a cobrar. Por ejemplo, es más apetecible Kmart (tienda tipo Wall Mart) que Enron (petrolera), ya que la primera tiene un inventario determinado. Buscando empresas con activos tangibles, las hipótesis son bien variadas e interesantes.FORMAS DE OPERAR. Existen 3 ejemplos destacados en cuanto a las áreas de operación de los Distress Funds: Real Estate (Activos en Distress), la reestructuración corporativa en empresas endeudadas y los famosos NPL (Non Performing Loans o préstamos que no están rindiendo o que están en mora). Operan en Real Estate cuando el valor está por debajo de los costos de sustitución, cuando las empresas están mal posicionadas o cuando necesitan un nuevo desarrollo (también se aplica si se necesita planificación). Entonces se realiza una transformación empresaria optimizando la tenencia de activos. La reestructuración corporativa consiste en el proceso de comprar deuda securitizada que permite hacer alianzas estratégicas, convertir las deudas en equity (capitalización de la deuda) y luego vender la participación del fondo, inclusive hasta a sus originales accionistas. En los NPL, se compra la cartera, se asegura lo asegurable, se paga poco por lo inseguro, se controlan y realizan activos de garantías y luego se reelabora una estrategia de salida.Cuando este tipo de operaciones se efectúa con bancos, se puede ver un manejo específico del proceso. Los bancos contabilizan sus acreencias basadas en previsiones ante el Central o sus Casas Matrices en el exterior. No lo hacen basándose en fundamentals o análisis financieros. Por esta razón, la mayoría de las veces, el valor libro no representa fehacientemente el valor del crédito. Otra característica es que generalmente venden sus carteras de NPL a un valor ajustado del que tienen contabilizado en sus libros (previsionados). Entonces, las oportunidades de inversión vienen cuando el valor real de la cartera de crédito es mayor que el valor contabilizado o previsionado.En el caso de las inversiones en NLP, cuya tenencia esta relacionada con los gobiernos, se necesitan procedimientos de disposición de activos (liquidación) para pagar la rehabilitación del sistema bancario. Los gobiernos por lo general no tienen recursos ni experiencia para valuar y reestructurar sus NPL. Además, a sus propias presiones se les suma la fuerza que hace el FMI para vender carteras de NPL.COMO ACCEDER. Para que propietarios y ejecutivos de compañías puedan acceder a este tipo de negocios es fundamental establecer contactos con fondos o grupos consultores especializados en inversiones, que tengan operatoria en mercados emergentes sin área geográfica específica. Por ejemplo, hoy existe un grupo con su head quarter en Chicago que opera en Sudamérica y tiene un gran expertise en este negocio. Fondos como este first mover están mirando oportunidades que encuadren en sus emprendimientos. Sus operaciones se apoyan en material informativo de fuentes macroeconómicas confiables, que aclaran el panorama a la hora de invertir en sus destinos target argentinos, además de contar con los fondos necesarios para acompañar a las empresas que quieran gerenciar su reconversión de deuda por sí mismas. Todos estos motivos demuestran que los Distress Debt Funds son un terreno por demás interesante y de profusa creatividad empresaria. A esto se debe su gran auge en el país, ya que algunas importantes compañías como Telecom, Havanna y algunas pertenecientes al Grupo Macri han experimentado esta moderna tendencia de inversión.

domingo, 18 de enero de 2004

Los Pasos de una Reestructuración Financiera 18/01/2004

Para que una “Reestructuración Financiera” sea exitosa en una compañía, se debe perseguir un objetivo mayor que generar la extensión de los plazos de pago. La capacidad de aportar confianza se produce a través de la demostración práctica de la capacidad de repago. Este es un punto indispensable a considerar para resolver la propuesta a los acreedores.
El lance inicial será entonces establecer un “Cash Flow”, para probar la practicabilidad del proyecto de reestructuración en los pasos posteriores. Es decir, es necesario mostrar los “números” para convencer a los acreedores que la empresa paga y cotiza mejor estirando los plazos, que ahogándose y cayendo en default. Sin el Cash Flow con diferentes simulaciones, en distintos escenarios, este objetivo se vuelve inalcanzable. No se puede obviar que la confiabilidad debe tener sólidos fundamentos técnicos, y no pura promesa poética.
Otras cuidados importantes a observar dentro de esta etapa inicial, son el análisis de precio de los activos (libres) y la distribución de pasivos (financieros). También se deben establecer las prioridades en cuanto a las obligaciones segmentando, analizar los imponderables y las posibles salidas, si se quiere generar un impacto en el acuerdo.
El paso número dos es muy importante, pues consiste en establecer la estrategia que se utilizará para lograr le reestructuración, en función de los datos obtenidos en la etapa anterior. El resultado de lo analizado anteriormente, revelará la información vital a la hora de elegir el camino a seguir.
Para que esta etapa sea exitosa, es necesario agregar elementos que puedan sumar tranquilidad. La nitidez de los actos, las garantías, la convicción del equipo operativo, las características del personal involucrado y la discreción, son aspectos que no se pueden descuidar.
La clave consiste en que el “team leader” de la negociación sea alguien transparente, que esté impartiendo credibilidad entre las partes y evitando cualquier posible percepción de trato discrecional. Con respecto a las garantías, hay que tener en cuenta que no se pueden extender avales fuera de consenso a los ya otorgados en forma pre-existentes.
Tener convicción firme sobre la estrategia en el proceso es básico y vital, pues la reestructuración financiera conlleva una enorme y perseverante sucesión de negociaciones y acuerdos.
La reestructuración financiera requiere de recursos humanos renovados (caras nuevas y con respeto del mercado). Los que gestionaron las finanzas antes, generalmente estarán fatigados y cargados de subjetividad aún siendo buenos ejecutivos. La discreción es indispensable en estos procesos, ya que la información tiene valor y todos quieren obtenerla para mejorar su posición frente al resto.
Otro movimiento importante para desarrollar una estrategia efectiva, es generar caja como objetivo primordial, privilegiando la creación de recursos a través de un férreo control de gastos e inversiones. Solo se realizarán las erogaciones que sean exclusivamente imprescindibles o multipliquen su retorno. La caja “vale todo”. Es decir, la idea es transmitir la obsesión y estimular las acciones hacia todo lo que genere dinero líquido disponible.
La creación de valor es un examen que no se puede reprobar en una estrategia de este tipo, porque aporta los instrumentos prácticos que impulsan al acreedor a apoyar el esfuerzo de la reestructuración de la deuda. El prestamista necesitará saber si se pueden generar rendimientos suficientes para hacer crecer el patrimonio y proteger mejor sus acreencias.
Con el paso 1 y 2 resueltos, ya una empresa esta en condiciones de evaluar la viabilidad de las operaciones frente a los acreedores de la empresa. En un tercer paso, se necesita establecer la “Valuación” de la compañía, para transmitir la convicción a los acreedores de los beneficios futuros proyectados de la reestructuración (como antes fue explicado en el paso 1).
La Valuación surge a la postre de un profundo diagnostico de la compañía en marcha y otros importantes aspectos de análisis, como por ejemplo el valor de liquidación. Comparando el resultado de una eventual liquidación luego de un eventual default, contra la opción del valor de mercado que los flujos futuros pueden generar, estaremos cerca de la decisión de todos los actores. El número del flujo de fondos descontado es una pieza vital de este proceso. En esta instancia es importante tener en cuenta que ofrecer elementos demostrativos de la ingeniería financiera, requiere ser muy preciso y profesional, tanto para los directivos de la empresa en cuestión, como para sus acreedores.
El cuarto paso de la reestructuración es aquel en que se emprende la búsqueda de las estructuras de capital más adecuadas. En esta etapa puede surgir la presentación de propuestas alternativas para identificar fondos de inversión que inyecten capital para el despegue, si es que esto fuera preciso. Las negociaciones con el consejo de acreedores y el inevitable lapso de espera que suele acompañar a este proceso requieren negociadores templados y con dominio propio.
Más allá del largo camino que conlleva una reestructuración financiera, no se puede ignorar que los resultados que aporten, deciden la suerte de los accionistas y los acreedores involucrados.

sábado, 17 de enero de 2004

Diccionario de reingeniería financiera

AUTOLIQUIDABLE: Cheques, pagarés o facturas de terceros, otorgados en garantía, endosados o con cesión ante escribano, donde el acreedor puede cobrarse directamente del firmante, sin pasar por el deudor que se los entregó.

CONSTITUENTS: Son todas las partes involucradas o con intereses respecto de una empresa (accionistas, acreedores, empleados, proveedores, clientes, franquiciantes).

COVENANT: Compromiso que asume en forma expresa el acreedor en el acuerdo de reorganización empresaria.

DEFAULT: Incumplimiento

DISTRESS: Aprieto de Liquidez

DEPP POCKET: Socio rico

EQUITY: Capital.

EXCHANGE OFFER: Oferta de canje de Obligaciones Negociables.

FREE CASH FLOW: Flujo de fondos libres generados por la operación, sin tener en cuenta la deuda, después de impuestos.

FRANCHISE VALUE: Valor actual de los proyectos que generaran una rentabilidad superior al costo de los recursos.

FREE RIDERS: Acreedores que se benefician con los esfuerzos de otros colegas, sin aportar fondos ni comprometerse. En las reestructuraciones financieras no firman el acuerdo y luego actúan como Hold Outs (ver).

HOLD OUT: Acreedor conflictivo de la propuesta de reestructuración.

LONG TERM DEBT: Deudas a más de 12 meses.

MANAGEMENT BUY OUT: Compran los gerentes y se hacen cargo de la deuda o toman créditos para pagar la adquisición de la empresa.

NEGATIVE PLEDGE: Compromiso del deudor de no realizar ciertos actos sin consentimiento expreso de los acreedores.

OUT OF COURT RESTRUTURING: Reorganización sin concurso.

PAY - IN – KIND: instrumento financiero que pagan los intereses con nuevos instrumentos financieros del mismo tipo, en lugar de pagar en efectivo. (Más bonos)

PREPACKAGE: Acuerdo con los acreedores que presentan para homologación judicial.

ROUND LOT: Lote completo para la negociación.

SPLIT: Dividir una obligación en varias, en cantidad sin aumentar el monto

TAND STILL: Período de espera.

TANGIBLE VALUE: valor de la empresa prescindiendo de sus oportunidades de crecimiento.

TURN AROUND: Dar vuelta una compañía con problemas económico financieros y mejorar su performance

VALUE DRIVERS: Parámetros claves que afectan al valor de la empresa.

VOLTURE FUND: Fondos Buitres compuestos por “profesionales” en reestructuración que intentan un “turn a round” (dar vuelta la situación) para luego vender la empresa y hacer una diferencia con un “exit plan “(plan para venderla luego).

WORKING CAPITAL REQUERIMENTS: Necesidades operativas de fondos.

viernes, 16 de enero de 2004

Monterrey: Basta del Consenso de Washington

La Gaceta de Tucumán 16/01/2004
Los presidentes latinoamericanos en la Cumbre de Monterrey, instalaron por primera vez y oficialmente la revisión de los felices noventa (1). Pero ningún presidente latinoamericano, fuera de Chávez y Castro, se había atrevido tan abiertamente a criticar las cuestiones emergentes del Consenso de Washington como el Presidente Kirchner. La década del noventa fue un período de crecimiento económico contradictorio para América Latina, porque en la esfera social las consecuencias fueron lamentables, registrándose o acumulándose retrocesos de magnitud.La acumulación de conflictos, generó fuertes impactos que comenzaron a producirse desde 2001 hasta la fecha. En estos tres años la situación de la región ha sido manifiestamente adversa, el crecimiento de América Latina alcanzó solo el uno por ciento, el más bajo del mundo, incluyendo el área de África más pobre. Naturalmente, los índices de regresión social han sido excesivamente acentuados. El fracaso de la política económica en Argentina comenzó a manifestarse desde el segundo semestre de 1998, un trimestre antes de la crisis de Rusia. La estructura se fue desmadrando aceleradamente hasta llegar al colapso de fin de 2001. Sin lugar a dudas ha sido la catástrofe más clara de toda Latinoamérica y el Presidente Kirchner se ocupó de remarcarlo en Monterrey, pero también alentó a los congresistas a que esa situación vivida no les condicione la percepción sobre la Argentina en el futuro.El FMI durante las últimas semanas presionó a la Argentina para que fuese más "amigable" con los bonistas en default. La respuesta de Kirchner al planteo del organismo, fue rehusar cualquier alteración a la oferta lanzada en Dubai(quita del setenta y cinco por ciento), considerando que no sería serio hacer una nueva propuesta, sabiendo que las restricciones vigentes no le permitirán cumplir con lo pactado. El Presidente apuntó de lleno a los fondos buitres que, compraron bonos con tasas de interés exuberantes, que contenían implícitamente una tasa de riesgo fijada por las más importantes calificadoras del mundo. Ante la insistencia de flexibilizar el diálogo el Presidente propuso acceder a todas las entrevistas necesarias con los acreedores que se encuentren dentro de los lineamientos que ha determinado la Argentina. El Presidente Kirchner expresó claramente que muchos de los tenedores de bonos argentinos son fondos que especularon contra el país (compraron con cotizaciones al 30% de su valor), pensando en demandar a Argentina en un juicio para obtener niveles de rentabilidad que no se conseguirían con ningún negocio en el mundo (la estrategia presume ganar el juicio y cobrar los bonos al 100% de su valor o conciliar en 60% y como mínimo duplicar la inversión). Estos fueron los puntos de vista medulares expresados en la reunión Cumbre de las Américas. Los corrillos dejaron percibir que hace mucho tiempo que no se escuchaba una voz tan contundente y enérgica de un Presidente de Argentina, que ahora espera el apoyo de la administración Bush a su planteo. Nadie ignora que los funcionarios del gabinete del Presidente Bush, creen que los organismos multilaterales de crédito no deben salir en auxilio de países cuyos gobiernos tomaron préstamos onerosos, cuando los acreedores privados asumen riesgos en forma voluntaria, asesorados por los bancos de inversión. Podemos recordar la célebre frase del ex Secretario O´Neill, cuando espetó que los carpinteros y plomeros de su país no iban a financiar los errores cometidos por inversores y gobiernos corruptos. Con respecto a la posibilidad insinuada por Horst Köhler, que una flexibilización ayudaría a mejorar la llegada de inversiones extranjeras al país, la respuesta del presidente fue mantenerse firme en la quita del setenta y cinco por ciento y ligar cualquier acuerdo futuro a las condiciones de crecimiento y evolución de la Argentina. El Presidente cree que no es serio realizar una propuesta mejorada que haga pensar a los bonistas que la Argentina se guardó algo para negociar en forma deshonesta.
El Presidente Kirchner y Köhler conversaron mucho en Monterrey y todo lo que pudiera ser motivo de duda quedó ampliamente aclarado, lo cual no significa que las presiones cedan. No obstante en otra liga, el Ministro Lavagna, el canciller Bielsa, el encargado del Fondo para el Hemisferio Occidental, Anoop Singh, y el vocero del organismo Thomas Dawson discutieron el significado de la palabra “friendly” que sugirieron los funcionarios del FMI, para tratar con los tenedores de bonos argentinos. Claramente el Presidente Kirchner y sus ministros saben que ser “friendly” (amigables) no aplica a la comunicación y las relaciones públicas en este caso, ya que hubo cinco rondas de ensayos que no conformaron a los acreedores. El presidente se empeñó en que los acreedores entiendan que deben aceptar la realidad de un país que, tomó un volumen de deuda cuantioso y debe hacer una quita para poder cumplir parcialmente con compromisos que claramente son inabordables. La cita de Monterrey sirvió también para confirmar que en febrero visitará la Argentina una nueva misión técnica del FMI para avanzar con otra revisión trimestral de las metas acordadas. Kirchner le reclamó a Köhler que se comprometa a que la próxima revisión de metas se cumpla en tiempo y forma, insinuando su molestia por las demoras en la aprobación de la primera revisión. También consiguió que el Director del FMI brindara aclaraciones sobre cuales fueron los motivos de la postergación. Estas dos últimas noticias no son poca cosa. Kirchner ocupó el primer lugar del grupo argentino sin dejar lugar a dudas quien es el jefe, impresionó transformadoramente con su percepción de cómo fueron las cosas y de que manera se arreglan. Esto tampoco tiene desperdicio, cuando recordamos el protagonismo de los ex ministros de economía argentinos. Con muy buen soporte Kirchner hizo gala de manejar cifras como índices de crecimiento, inversión y consumo de Argentina e incluso dio cifras de encuestas de opinión que fortalecen el rumbo de su gobierno en términos de expectativas de la sociedad frente a la política económica nacional. Sus exposiciones tendieron a demostrar que las teorías del rebote técnico como explicación de las mejoras del PBI no eran acertadas y en cambio estaban fogoneadas por los sectores de poder en retroceso en la Argentina. En forma consistente con sus argumentos, insistió con su teoría de la responsabilidad compartida en la crisis de 2001 entre las autoridades argentinas y las del FMI. Se puede afirmar que las conversaciones en Monterrey transcurrieron siempre de manera amable, aunque con discrepancias frente a las diferentes visiones de cómo encarar los pasos siguientes con los bonistas. Kirchner tuvo que escuchar del propio Presidente Bush el reclamo para que sintonice y fortalezca una frecuencia de discusión con los acreedores privados para que tengan la percepción que sus reclamos y posiciones son escuchadas. La cuestión entre el gobierno y los tenedores de bonos argentinos en default fue sin duda uno de los puntos más importantes de la reunión entre Bush y Kirchner. Bush dejó bien en claro que su administración no intervendrá en forma directa en la discusión entre el deudor y sus acreedores.
En conclusión, Kirchner quedó posicionado en Monterrey, como un Presidente que no es Chávez ni tampoco Lula. Su firmeza en las convicciones acerca de la política económica aplicada lo distancia de la docilidad de Lula con los organismos multilaterales de crédito, y su racionalidad lo aleja convenientemente de las posiciones extremas de Chávez. La sinceridad de sus planteos sin eufemismos y el cumplimiento de las metas acordadas con el FMI, le otorgan credibilidad y también confirman la adhesión del presidente Bush. Existen coincidencias tácitas entre ambos presidentes acerca de las responsabilidades compartidas. Esta visión lo enfrenta a Bush con Wall Steet, que le replicó hace un mes atrás, que le pida dinero a la Argentina para su campaña. Frente a las elecciones en Estados Unidos, está claro que existe la necesidad de arribar a un conveniente acuerdo, el mejor posible que pueda encarrilar a todas las partes a recobrar la normalización de las relaciones financieras internacionales.
(1)Título del libro de Joseph E. Stiglitz, editorial Taurus, Noviembre de 2003

miércoles, 7 de enero de 2004

Ambito, Reproches y más reproches

Por*
Para: ámbito del comercio exterior
Antes del acuerdo con el FMI, se trataba de reprochar la falta de un plan sustentable. En forma posterior se intentó alimentar el descrédito de quienes hoy acarrean el legado de la deuda. En un principio se había hablado de falta de timing e inconsistencias, hace solo unos días se dijo que se trasmite a la sociedad una especie de disneylandia de la economía. La verdad es que quienes discrepan con el actual enfoque de gobierno no han dejado ni un instante de escarnecer al equipo económico. Con esta colección de reprobaciones, la hegemonía del PJ y la falta de oposición no generan ningún tipo de merma para sus rivales. En esa dirección perfiló el comportamiento del FMI, dilatando la aprobación de las metas previamente acordadas y sobre cumplidas por parte de la Argentina.
El efecto de esta actitud, es que lejos de mejorarse las condiciones, se contribuye a la desaceleración de la tasa de crecimiento. (Trimestre record: tercero de 2003 con 9,8% respecto a igual período del año pasado).
Esta práctica de “fuego continuo” explica también el retraso relativo de la oferta de crédito bancario pese a los actuales niveles de liquidez y su contraparte, la demanda de las empresas que exhiben excesiva cautela con tasas de interés relativamente más bajas.
Con el gobierno “K”, esta estrategia no solo es torpe porque ignora el peso de la política interpretando la expresión popular, sino que es inservible porque extiende en el tiempo un acuerdo imprescindible y expeditivo por la deuda privada. Lamentablemente esa cantinela de introducirle recelo a los mercados, es ampliamente conocida y por lo tanto sus efectos no han sido ni siquiera transitorios. Esto es importante destacar, porque “en la semana” es el momento en que se tiene que conseguir el hipotético resultado de tensar la cuerda. Ni el dólar subió, ni los depósitos salieron de los bancos, ni los precios se dispararon. El hecho que las autoridades nacionales llevan casi ocho meses, (el ministro de economía alrededor del doble) lleva a razonar que ya se ha transitado una gran parte del período de prueba en cuanto a reacciones políticas.
El FMI también suele expresar las presiones de los acreedores, que si bien van juntas en la línea filosófica, no han coincidido en la modalidad de cobranza. Los acreedores privados están convencidos de que quedaron afuera en la asignación de prioridades del organismo. A la sazón, podríamos ver que se ha intentado descomprimir el reproche de los acreedores privados por el comportamiento que tuvo el FMI.
La aprobación de las metas, despeja dudas a los acreedores privados y dinamiza la consolidación insipiente del sistema financiero. La confianza es necesaria para afianzar los negocios post coyuntura y, si no se deja atrás la incertidumbre reavivada, las grandes decisiones de inversión de mediano y largo plazo, pueden verse reducidas. Bajo el sistema de estrecharle el cerco a la Argentina se afecta la inversión, los activos no se aprecian, y la prima de riesgo no cede. La combinación que resulta de introducir incertidumbre, en el marco de una política monetaria expansiva, con bajos niveles de tasas, nadie puede conocerla científicamente mejor que el FMI. Suscitar vacilaciones es ejercer influencia sobre las expectativas y eso si afecta el crecimiento de mediano y largo plazo. El FMI lo deberá evaluar éticamente a la hora de estimular su instalación.
Anhelo que en esta instancia donde los indicadores económicos se encuentran en generosa recuperación y las perspectivas de corto plazo son tan buenas, una torpeza estratégica de los negociadores no aborte el sueño de la tan ansiada restauración de las instituciones y de la economía Argentina.
*Pablo Tigani Presidente de www.hacer.com.ar