jueves, 30 de agosto de 2001

Ambito, La economía estadounidense

La Economía Estadounidense
No obstante la debilidad que exhibe la economía americana en sus cifras finales del segundo trimestre, la productividad de las empresas creció. La mejora se debe a que las empresas redujeron sus costos laborales ante la brusca desaceleración experimentada. Las horas trabajadas cayeron, en tanto que el producto se mantuvo constante. En el actual contexto, antiguos indicadores estadísticos comienzan a ser observados por los analistas. Ya está de moda aprestarse el primer viernes de cada mes y, esperar las cifras de desempleo que da a conocer The Bureau of Labor Statics.
Mientras el estancamiento comienza a despuntar, puede vislumbrarse un ciclo afín al de 1990, donde el empleo se redujo en forma simultanea y consistente con la evolución de la actividad. De Mayo a Octubre de 1990, más de 500.000 personas se quedaron sin trabajo en Estados Unidos. Solo seis meses más tarde eran 1.500.000 los trabajadores que totalizaba el informe del "The Bureau".
¿Qué es recesión y que es depresión?
Una recesión es, de acuerdo al consenso de los economistas, un periodo durante el cual el PBI real disminuye por al menos dos trimestres consecutivos. Una depresión en cambio, es una amplia y prolongada recesión, aunque no hay acuerdo sobre el grado de profundidad y permanencia que debe tener una recesión para ser considerada depresión.
Todos los economistas pueden aceptar en cambio, que la economía norteamericana experimentó una "Gran Depresión" entre 1929 y finales de la década del treinta.
En 1933 Estados Unidos produjo 30% menos que en 1929 y los niveles de desocupación habían pasado de 3% a 25%. Desde aquella experiencia la recesión más intensa se produjo entre 1980 y 1982. Donde la tasa de crecimiento del PBI fue cero. La tasa de desempleo pasó de 6% en 1979 a 10% en 1982.
Es evidente entonces que, aunque la recesión de principio de los 80 fue intensa, no fue tan grave como "La Gran Depresión", aunque estimuló un incremento del 67% la cifra de desocupación en solo tres años.
Recesión y desempleo. Argentina segundo trimestre del 2001 vs. Segundo trimestre de 1998.
En principio, un agravamiento en las cifras de desempleo durante un periodo recesivo es la manifestación de un problema más profundo, un dilema de fondo; las empresas producen menos. Justamente, el conflicto directo del costo de una recesión es la pérdida de bienes y servicios reales que en otros niveles de actividad se hubieran producido.
La caída real del consumo que experimentamos en Argentina en los últimos tres años es de (-5%) impactando (-8,8%) el consumo per cápita, con una pérdida acumulada de (28.800) Millones de dólares. Además de la pérdida de producción presente y de las graves consecuencias sociales inmediatas, las recesiones proyectan consiguientemente pérdidas de producción afectando los flujos futuros de inversión. Cuando la economía entra en recesión la tasa de inversión tiende a caer como lo hizo entre el segundo trimestre del 98 y el segundo trimestre del 2001. Durante el mismo se registró una caída real de (-28,2%) que representa (-31,9%) per cápita y una pérdida acumulada de (37.600) Millones de dólares.
Para completar este círculo vicioso que impone la recesión, se puede agregar que en el 2001 se intensifica la restricción de financiamiento externa con salidas de capitales por más de 10.000 Millones de dólares.
CONSECUENCIAS SOCIALES
Los costos de las recesiones y las depresiones no se distribuyen equitativamente ni son fácilmente cuantificables. Las consecuencias sociales de la depresión del 30 en Estados Unidos son difíciles de interpretar aún hoy para la mayoría de los norteamericanos. Ellos la conocen solo por boca de sus ancianos. Historias tremendas de familias de todo tipo de posición económica, donde casi ninguno pudo salir indemne. En tanto que un 25% de la población activa trabajadora no tenía empleo, otros perdieron sus ahorros a causa de la caída escandalosa del mercado de valores y de la quiebra generalizada de los Bancos.
En Argentina la revolución de Setiembre de 1930, sincronizó con la crisis mundial. Unos años antes, había comenzado aquí una aproximación a la actual situación doméstica de desequilibrio macroeconómico y restricciones de financiamiento. Entre 1928 y 1930 los ingresos descendieron 75 millones; aunque el gobierno lejos de reducir sus gastos los había aumentado en ese período, de 795 a 905 Millones. Los recursos cayeron 10% y los gastos aumentaron 22%. Los déficit crecientes le impusieron la necesidad de colocar títulos en el mercado en 1929 con la famosa "Baring" por 5 Millones de Libras y en Abril de 1930 con la "Chatam" por 50 Millones de Dólares. La base popular del gobierno anterior y, sin duda sus principios, eran un serio inconveniente para la adopción de medidas que podían ser intentadas por un gobierno que careciera de ese apoyo.
Las medidas de aquel gobierno provisional como las que tomó el que lo sucedió, estuvieron destinadas a enfocar los aspectos fiscales como: crear nuevos impuestos, reducir 200 Millones el presupuesto reducción de personal de la administración pública, etc.No obstante estas medidas, el cierre del presupuesto de 1931, arrojó un déficit de 131 Millones de pesos.
A más de setenta años de "La Gran Depresión" y "La crisis fiscal argentina con restricciones de financiamiento" la historia se repite y nos encuentra en una posición de extrema vulnerabilidad.
El Libro de Proverbios dice: Como perro que vuelve a su vómito, así es el necio que repite su necedad.
*Pablo Tigani- Master en Política Económica Internacional-Presidente de www.hacer.com.ar hacer@hacer.com.ar

miércoles, 15 de agosto de 2001

Ambito Financiero La Economía Estadounidense

No obstante la debilidad que exhibe la economía americana en sus cifras finales del segundo trimestre, la productividad de las empresas creció. La mejora se debe a que las empresas redujeron sus costos laborales ante la brusca desaceleración experimentada. Las horas trabajadas cayeron, en tanto que el producto se mantuvo constante. En el actual contexto, antiguos indicadores estadísticos comienzan a ser observados por los analistas. Ya está de moda aprestarse el primer viernes de cada mes y, esperar las cifras de desempleo que da a conocer The Bureau of Labor Statics.
Mientras el estancamiento comienza a despuntar, puede vislumbrarse un ciclo afín al de 1990, donde el empleo se redujo en forma simultanea y consistente con la evolución de la actividad. De Mayo a Octubre de 1990, más de 500.000 personas se quedaron sin trabajo en Estados Unidos. Solo seis meses más tarde eran 1.500.000 los trabajadores que totalizaba el informe del "The Bureau".

¿Qué es recesión y que es depresión?
Una recesión es, de acuerdo al consenso de los economistas, un periodo durante el cual el PBI real disminuye por al menos dos trimestres consecutivos. Una depresión en cambio, es una amplia y prolongada recesión, aunque no hay acuerdo sobre el grado de profundidad y permanencia que debe tener una recesión para ser considerada depresión.
Todos los economistas pueden aceptar en cambio, que la economía norteamericana experimentó una "Gran Depresión" entre 1929 y finales de la década del treinta.
En 1933 Estados Unidos produjo 30% menos que en 1929 y los niveles de desocupación habían pasado de 3% a 25%. Desde aquella experiencia la recesión más intensa se produjo entre 1980 y 1982. Donde la tasa de crecimiento del PBI fue cero. La tasa de desempleo pasó de 6% en 1979 a 10% en 1982.
Es evidente entonces que, aunque la recesión de principio de los 80 fue intensa, no fue tan grave como "La Gran Depresión", aunque estimuló un incremento del 67% la cifra de desocupación en solo tres años.

Recesión y desempleo. Argentina segundo trimestre del 2001 vs. Segundo trimestre de 1998.
En principio, un agravamiento en las cifras de desempleo durante un periodo recesivo es la manifestación de un problema más profundo, un dilema de fondo; las empresas producen menos. Justamente, el conflicto directo del costo de una recesión es la pérdida de bienes y servicios reales que en otros niveles de actividad se hubieran producido.
La caída real del consumo que experimentamos en Argentina en los últimos tres años es de (-5%) impactando (-8,8%) el consumo per cápita, con una pérdida acumulada de (28.800) Millones de dólares. Además de la pérdida de producción presente y de las graves consecuencias sociales inmediatas, las recesiones proyectan consiguientemente pérdidas de producción afectando los flujos futuros de inversión. Cuando la economía entra en recesión la tasa de inversión tiende a caer como lo hizo entre el segundo trimestre del 98 y el segundo trimestre del 2001. Durante el mismo se registró una caída real de (-28,2%) que representa (-31,9%) per cápita y una pérdida acumulada de (37.600) Millones de dólares.
Para completar este círculo vicioso que impone la recesión, se puede agregar que en el 2001 se intensifica la restricción de financiamiento externa con salidas de capitales por más de 10.000 Millones de dólares.

CONSECUENCIAS SOCIALES
Los costos de las recesiones y las depresiones no se distribuyen equitativamente ni son fácilmente cuantificables. Las consecuencias sociales de la depresión del 30 en Estados Unidos son difíciles de interpretar aún hoy para la mayoría de los norteamericanos. Ellos la conocen solo por boca de sus ancianos. Historias tremendas de familias de todo tipo de posición económica, donde casi ninguno pudo salir indemne. En tanto que un 25% de la población activa trabajadora no tenía empleo, otros perdieron sus ahorros a causa de la caída escandalosa del mercado de valores y de la quiebra generalizada de los Bancos.
En Argentina la revolución de Setiembre de 1930, sincronizó con la crisis mundial. Unos años antes, había comenzado aquí una aproximación a la actual situación doméstica de desequilibrio macroeconómico y restricciones de financiamiento. Entre 1928 y 1930 los ingresos descendieron 75 millones; aunque el gobierno lejos de reducir sus gastos los había aumentado en ese período, de 795 a 905 Millones. Los recursos cayeron 10% y los gastos aumentaron 22%. Los déficit crecientes le impusieron la necesidad de colocar títulos en el mercado en 1929 con la famosa "Baring" por 5 Millones de Libras y en Abril de 1930 con la "Chatam" por 50 Millones de Dólares. La base popular del gobierno anterior y, sin duda sus principios, eran un serio inconveniente para la adopción de medidas que podían ser intentadas por un gobierno que careciera de ese apoyo.
Las medidas de aquel gobierno provisional como las que tomó el que lo sucedió, estuvieron destinadas a enfocar los aspectos fiscales como: crear nuevos impuestos, reducir 200 Millones el presupuesto reducción de personal de la administración pública, etc.No obstante estas medidas, el cierre del presupuesto de 1931, arrojó un déficit de 131 Millones de pesos.
A más de setenta años de "La Gran Depresión" y "La crisis fiscal argentina con restricciones de financiamiento" la historia se repite y nos encuentra en una posición de extrema vulnerabilidad.
El Libro de Proverbios dice: Como perro que vuelve a su vómito, así es el necio que repite su necedad.
*Pablo Tigani- Master en Política Económica Internacional-Presidente de http://www.hacer.com.ar/ hacer@hacer.com.ar

miércoles, 1 de agosto de 2001

Ambito, Todo reino dividido es asolado

Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá dice el Best Seller de todos los tiempos.
Los debates de una sociedad a veces pueden ser inspiradores de soluciones dinámicas, si son transitorios y constructivos, pero los gobiernos y los pueblos, siempre tienen tiempos diferentes. Basta escuchar a unos u a otros para que usted esté de acuerdo con las dos posiciones sobre el mismo tema. -¿No le sucede?
La economía soporta una recesión de doce trimestres consecutivos, desde antes del default de Rusia, en el segundo trimestre de 1998, como consecuencia posterior pero inmediata de la crisis del sudeste asiático.
Como referencia anterior a las mencionadas, hubo una crisis (Tequila), pero tuvo una recuperación subsiguiente mucho más rápida, a pesar que en su pico máximo nos sometió por primera vez al riesgo sistémico bancario, con una caída de depósitos de 18,5%, riesgo país de 2400 bp y 18% de desocupación.
Desde el 5 de Julio cuando se desató la última crisis doméstica y hasta el miércoles 1ro. de Agosto se perdieron 7% de depósitos totales. Si la comparación se realiza contra el 2 de Marzo (renuncia Machinea), llevamos perdidos mas de 11% de depósitos totales y estamos cerca, aunque por debajo del nivel de desocupación de 1995.
No obstante en esta ocasión, aunque coincide el Ministro de Economía, los argentinos nos encontramos entre medio de problemas domésticos considerables. Un gobierno que luce persistentemente entorpecido, exhibe todo tipo de contratiempos políticos desde que asumió(sin mayorías en las Cámaras y con Provincias gobernadas por la oposición). Ahora enfrenta un inédito congreso nacional de piqueteros cuyo grado de auge expresa el grado de disconformidad en que se encuentra la sociedad y la apatía resignada de un ejecutivo que se la pasa dando elucidaciones infructuosas.
Cualquier gobierno debe saber y anticipar que se puede atravesar momentos de cuestionamientos. Tampoco debería ignorar que hay momentos donde el pueblo responde con resistencia pacífica y otros en que se revela intempestivamente.
Siempre en nuestro país han alternado expresiones sosegadas y pacientes con indefendibles actos de intemperancia. Pero esta vez parece que tanto el gobierno como la dirigencia que lidera la resistencia del Plan de Déficit Cero no registra ningún componente de riesgo contingente al tratar de imponer su voluntad en forma casi autista.
-¿Qué le pasa a la clase dirigente de los argentinos?
Pasa que las corporaciones actuales y sus conductores, de todos los ámbitos (político-empresario-sindical-profesional), exhiben como nunca los rasgos más duros de un egoísmo inusitado y desnudo: rencor, frivolidad, soberbia; solo conducen al desastre.
Posiciones de inflexibilidad máxima alimentan enfrentamientos día tras día. Se podría agregar que algunos referentes están al borde del abuso de su influencia, encendiendo las pasiones más hostiles de sus simpatizantes.
Todas las naciones, incluso las de culturas más armoniosas, han sido golpeadas por conflictos económicos y sociales como los nuestros. Acabamos de ver en Génova Italia, una muestra de lo que será una creciente fuerza de ruptura en el equilibrio de la cultura de la globalización. Pero las consecuencias de un enfrentamiento son siempre muy distintas a los deseos previos de sus inocentes participantes y van mucho mas lejos que los cambios que prevén aquellos que enfrascados en su codicia subestiman el alcance de un conflicto potencial.
La violencia y el estallido social constituyen la gran tentación de los utópicos para encontrar respuesta a sus interrogantes o justificar una vida de derrota intelectual. En Argentina se puede percibir ya que muchos oportunistas comienzan a aprovechar la circunstancia para obtener cosas muy diferentes a los objetivos declamados.
Aunque estos sean proyectos mezquinos que escapan a toda lógica, no obstante atentan contra la sociedad menos atenta y desafía las libertades vigentes.
En escenarios como el descripto, ya lo sabemos los argentinos, las garantías individuales históricamente han desaparecido.
A cualquier enfoque y sobre todo luego de un largo ciclo económico le acecha un argumento de rompimiento donde las clases que se estiman lesionadas, sitúan sus esperanzas en algún cambio. Es por eso que un modelo económico de Déficit Cero en el tercer milenio no podrá sobrevivir, a menos que se halle acompañado de una orientación política firme y una conciencia empresaria que tienda a la sobriedad y la equidad general.
Con la experiencia de los años setenta, donde casi todos los "próceres" actuales tuvieron parte y otros anuncian su retorno, es justo exhortarlos como ciudadanos a que recuerden los resultados de un enfrentamiento torpe que desgarró los planes de toda una generación.
Las sociedades contemporáneas, pese a las tensiones de Génova, debemos de ser capaces de construir un espacio de progreso armónico y proporcional, cuyo atractivo principal sea la paz como bien dominante. ¿Seremos capaces los argentinos de abandonar el egoísmo que nos condujo a "la división" para que nuestra patria no sea asolada como nos enseña la sabiduría suprema del libro más vendido en el mundo?
*PABLO TIGANI
www.hacer@hacer.com.ar

Argentina: Reino Dividido - Ambito Financiero - Agosto 2001

Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá dice un verso de mi libro de cabecera y Best Seller de todos los tiempos.
Los debates de una sociedad a veces pueden ser inspiradores de soluciones dinámicas, si son transitorios y constructivos, pero los gobiernos y los pueblos, siempre tienen tiempos diferentes. Basta escuchar a unos u a otros para que usted esté de acuerdo con las dos posiciones sobre el mismo tema. -¿No le sucede?
La economía soporta una recesión de doce trimestres consecutivos, desde antes del default de Rusia, en el segundo trimestre de 1998, como consecuencia posterior pero inmediata de la crisis del sudeste asiático.
Como referencia anterior a las mencionadas, hubo una crisis (Tequila), pero tuvo una recuperación subsiguiente mucho más rápida, a pesar que en su pico máximo nos sometió por primera vez al riesgo sistémico bancario, con una caída de depósitos de 18,5%, riesgo país de 2400 bp y 18% de desocupación.
Desde el 5 de Julio cuando se desató la última crisis doméstica y hasta el miércoles 1ro. de Agosto se perdieron 7% de depósitos totales. Si la comparación se realiza contra el 2 de Marzo (renuncia Machinea), llevamos perdidos mas de 11% de depósitos totales y estamos cerca, aunque por debajo del nivel de desocupación de 1995.
No obstante en esta ocasión, aunque coincide el Ministro de Economía, los argentinos nos encontramos entre medio de problemas domésticos considerables. Un gobierno que luce persistentemente entorpecido, exhibe todo tipo de contratiempos políticos desde que asumió(sin mayorías en las Cámaras y con Provincias gobernadas por la oposición). Ahora enfrenta un inédito congreso nacional de piqueteros cuyo grado de auge expresa el grado de disconformidad en que se encuentra la sociedad y la apatía resignada de un ejecutivo que se la pasa dando elucidaciones infructuosas.
Cualquier gobierno debe saber y anticipar que se puede atravesar momentos de cuestionamientos. Tampoco debería ignorar que hay momentos donde el pueblo responde con resistencia pacífica y otros en que se revela intempestivamente.
Siempre en nuestro país han alternado expresiones sosegadas y pacientes con indefendibles actos de intemperancia. Pero esta vez parece que tanto el gobierno como la dirigencia que lidera la resistencia del Plan de Déficit Cero no registra ningún componente de riesgo contingente al tratar de imponer su voluntad en forma casi autista.
-¿Qué le pasa a la clase dirigente de los argentinos?
Pasa que las corporaciones actuales y sus conductores, de todos los ámbitos (político-empresario-sindical-profesional), exhiben como nunca los rasgos más duros de un egoísmo inusitado y desnudo: rencor, frivolidad, soberbia; solo conducen al desastre.
Posiciones de inflexibilidad máxima alimentan enfrentamientos día tras día. Se podría agregar que algunos referentes están al borde del abuso de su influencia, encendiendo las pasiones más hostiles de sus simpatizantes.
Todas las naciones, incluso las de culturas más armoniosas, han sido golpeadas por conflictos económicos y sociales como los nuestros. Acabamos de ver en Génova Italia, una muestra de lo que será una creciente fuerza de ruptura en el equilibrio de la cultura de la globalización. Pero las consecuencias de un enfrentamiento son siempre muy distintas a los deseos previos de sus inocentes participantes y van mucho mas lejos que los cambios que prevén aquellos que enfrascados en su codicia subestiman el alcance de un conflicto potencial.
La violencia y el estallido social constituyen la gran tentación de los utópicos para encontrar respuesta a sus interrogantes o justificar una vida de derrota intelectual. En Argentina se puede percibir ya que muchos oportunistas comienzan a aprovechar la circunstancia para obtener cosas muy diferentes a los objetivos declamados.
Aunque estos sean proyectos mezquinos que escapan a toda lógica, no obstante atentan contra la sociedad menos atenta y desafía las libertades vigentes.
En escenarios como el descripto, ya lo sabemos los argentinos, las garantías individuales históricamente han desaparecido.
A cualquier enfoque y sobre todo luego de un largo ciclo económico le acecha un argumento de rompimiento donde las clases que se estiman lesionadas, sitúan sus esperanzas en algún cambio. Es por eso que un modelo económico de Déficit Cero en el tercer milenio no podrá sobrevivir, a menos que se halle acompañado de una orientación política firme y una conciencia empresaria que tienda a la sobriedad y la equidad general.
Con la experiencia de los años setenta, donde casi todos los "próceres" actuales tuvieron parte y otros anuncian su retorno, es justo exhortarlos como ciudadanos a que recuerden los resultados de un enfrentamiento torpe que desgarró los planes de toda una generación.
Las sociedades contemporáneas, pese a las tensiones de Génova, debemos de ser capaces de construir un espacio de progreso armónico y proporcional, cuyo atractivo principal sea la paz como bien dominante. ¿Seremos capaces los argentinos de abandonar el egoísmo que nos condujo a "la división" para que nuestra patria no sea asolada como nos enseña la sabiduría suprema del libro más vendido en el mundo?

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