jueves, 29 de marzo de 2001

Ambito, Cavallo, segundo acto

AMBITO 29-3-01
El restablecimiento de la dinámica del plan de convertibilidad, que se procura conseguir, está expuesto a serias perturbaciones en las cuales se combinan ciertas inconsistencias teóricas con incongruencias prácticas.
Sin embargo, si el sistema de convertibilidad es gerenciado por el padre del modelo, con un contexto de condiciones exteriores favorables, (como lo es la disminución de la tasa de interés). No obstante se estaría lejos aún, de corregir distintos aspectos conflictivos que exhibe el sistema. Muchos habían sido descubiertos y confirmados por el excesivo grado de vulnerabilidad, palpable en cada shock externo (México94-Asia 97-Rusia 98-Brasil 99).
Otro ingrediente, como la lucha sindical con fuerte fundamento y apoyo de base, viene luego de tres años de recesión sobre el gobierno, de manera terminante en forma de conflicto social.
En ese escenario y, al reanudarse con Cavallo un hipotético proceso de crecimiento, la puja tendería a llevar al sistema de convertibilidad a mas y nuevos peligros. Por ejemplo, habrá que tener en cuenta los trastornos irreversibles de la desfiguración que sufrió la estructura productiva.
Todo el dispositivo propulsor que simbolizaron, los bienes durables y semidurables, la industria de auto partes y los textiles, ya son leyenda.
Un capítulo especial será, el análisis del sistema de recepción y distribución de los dividendos de la década del noventa. A juzgar por los resultados, el mismo no obedeció a ningún principio componedor desde el punto de vista del interés del conjunto de la sociedad.
Nos encontramos entonces hoy, en la segunda etapa de Cavallo, enfrentados a nuevos dilemas. Por caso, si la asignación del beneficio del crecimiento bajo la convertibilidad ha sido inconsistente, también lo sería ahora una reingeniería compulsiva de la distribución, si el poder sindical se propone oponerse a todo lo anteriormente realizado, sin discernir lo bueno de lo malo.
Aquí podrían surgir de nuevo cuestionamientos filosóficos, acerca de sí el sistema falla en sí mismo o, lo que falla es la asignación del remanente y las consecuencias perjudiciales de la concentración de los beneficios.
Por eso, parece oportuno en esta etapa, que el estado anticipe y codifique el empleo de la remuneración de una próxima etapa de crecimiento, con el fin de posibilitar proyecciones acerca de ritmos de capitalización del país y de sus empresas locales.
La reingeniería del sistema de convertibilidad exige, ineludiblemente, elevar el ritmo de acumulación de capital reproductivo, sobretodo a expensas del consumo superfluo del ABC1 al que nos acostumbraron los marketineros del primer mundo. Un uso racional del crecimiento debería permitir extender una porción mayor a la fuerza laboral. Como parte diligente en esta crisis, un poco podría contribuir el remanente obtenido por los más favorecidos hasta aquí. Claramente los recursos provendrían de las empresas y entidades mas desveladas porque el sistema de convertibilidad permanezca.
En el resto de las empresas, la lección ya fue aprendida. La mayor acumulación de capital se realizará de aquí en adelante por el ahorro de gastos suntuarios e improductivos de sus dueños y ejecutivos que impidieron su capitalización.
En el relanzamiento de la convertibilidad, todas las empresas deberían seguir desenvolviéndose libremente en el mercado, pero esta vez, de acuerdo con ciertas condiciones básicas establecidas por el estado. El aprendizaje es que, es necesario fijar y cumplir objetivos que el sistema no puede conseguir por sí mismo y, esto quedó demostrado. Los criterios que orienten la acción del estado en ese sentido, deben establecerse a través del Congreso. No es pecado, luego de tanto desatino, plantearse racionalidad en los objetivos de capitalización y distribución del crecimiento. La capitalización y la redistribución están unidas estrechamente. Con un marco legal apropiado podría ir mejorando progresivamente la productividad y los ingresos.
Todo esto exige reingeniería en los mecanismos del estado y nuevas reglas del juego que aseguren estabilidad en la asignación racional de los frutos del crecimiento.
La reingeniería que viene por delante, representa una síntesis entre el crecimiento potencial en libertad y la corrección estructural en la disparidad de la distribución del ingreso (gran materia pendiente de la convertibilidad).
"La crisis de la recesión", abre paso a la reingeniería del sistema de convertibilidad inaugurado hace diez años. Se necesita una reingeniería, pero hay que entender para que, como y para quien se realizará, ya que demanda apoyo. Esta etapa con Cavallo, está destinada a la formulación de una ingeniosa propuesta para relanzar el plan de convertibilidad en su segunda edición.

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